«Acierta tantas veces y tan a menudo que se siente la tentación de creer que es un personaje de ficción o una obra maestra rescatada de algún remoto tiempo pasado. […] Solo puede tener razón con tanta frecuencia y humor quien ha descreído de casi todos los sermones».—Jordi Gracia (El País)
«A Iñaki Uriarte me gustaba verlo como un gran lector, como un hombre muy inteligente y sensato ágrafo, un radical del silencio. Pero un día me sorprendió mandándome unos fragmentos del formidable diario que había estado escribiendo a lo largo de los años. Me pareció tan bueno lo que leí que aún no me he repuesto de la impresión. Le envidio porque es libre».—Enrique Vila-Matas
«Iñaki Uriarte ha sido uno de mis grandes descubrimientos del pasado verano. [...] Me dio una gran alegría descubrir que en la portada del libro que leí (Diarios, 2004-2007) decía “segundo tomo”, porque había leído “segunda edición”. O sea que hay un primero, me dije, y corrí a por él. Del mismo modo me apresuro a recomendarlo. [...] Uriarte, como Baroja, no acepta las verdades recibidas. Todo lo repiensa varias veces, pero sin obsesionarse, sin necesidad de predicar o convencer».—Marcos Ordóñez (El País)
Tener buena letra significa en primer lugar tener una letra clara. Escribir bien debería significar en primer lugar lo mismo, ser claro. Que la letra y el estilo resulten además «personales», «originales», «bonitos», «artísticos» o «elegantes», vendría después. Recuerdo lo que le dijo Jon, que estaba entonces con sus primeras clases de caligrafía, cuando Tere le enseñó mi libro. Lo hojeó atentamente y dijo: «¿Y esto lo ha escrito el tío Iñaki? Pues le ha quedado perfecto».
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