14.7.19

King Crimson " Teatre Coliseum.Barcelona 2019/12/13/07

Es ciertamente extraordinario que un grupo, a los 50 años de su fundación, suene tan rabiosamente vital como el primer día. Y es que, como dijo un castizo, King Crimson es la única de las grandes formaciones del rock progresivo que sigue progresando.En su última encarnación, el gran arquitecto Robert Fripp y sus huestes adoptan un formato king size con un potentísimo frontline integrado por tres baterías. Guitarras, bajos, teclados, saxos y flautas completan una paleta instrumental innovadora y de una enorme riqueza tímbrica y rítmica.
El Teatre Coliseum se llenó hasta la bandera en el primero de los dos conciertos que King Crimson ofreció en Barcelona con motivo de la gira de celebración de su 50 aniversario. Con un repertorio cambiante que varía concierto a concierto, el grupo ofreció una selección de temas representativos de las diferentes etapas de su trayectoria, con nuevos arreglos y una atención especial a sus discos In the court of the Crimson King (1969) y Discipline (1981).

Tras romper el hielo con un tema para tres baterías, el grupo abordó Larks´tongues in aspic, Part I, con un brillante solo de Mel Collins con guiño incluído a Els Segadors. Collins, que compaginó de manera magistral la flauta con los saxos barítono, alto y soprano, también tuvo un protagonismo destacado en Cirkus. Antes de que el sepeto tramara una soberbia interpretación de Epitaph, que levantó a parte del publico de sus asientos. La primera parte, que terminó en las cristalinas aguas de Islands, también nos aportó un maravilloso y remodelado Frame by frame con nuevas y flamantes costuras.

Tras una pausa de veinte minutos, el concierto se reanudó con una nueva exhibición de los tres baterías, seguida por una fabuloso One more red nightmare cantado de forma notable por Jakko Jakszyk. Genial como guitarrista, Robert Fripp se explayó a fondo con el mellotron en un monumental In the court of the Crimson King, que volvió a levantar al público de sus asientos. En una memorable recta final en la que contrastó temas tan bucólicos como Moonchild con la pura dinamita de Neurotica o Level five. Para cerrar estas dos horas y media de frippante y suprema celebración con un bellísimo Starless.


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