1.1.20

Don Siegel "Invasion of the Body Snatchers" 1956.Una Vaina loca-Estefanía Vasconcellos )

Señora, escúcheme antes de que sea demasiado tarde. Ya están aquí. La plaga se extiende rápidamente por el sur de California. Cierre las puertas y no pierda de vista a sus hijos. Permanezca junto a su marido y prepare café. También para los críos. Una simple cabezada y esos monstruos le robarán su vida y sus recuerdos. Puede que sus asquerosas vainas ya estén creciendo en su invernadero; puede que los seres que albergan en su interior ya hayan madurado y se parezcan a usted. Que sean usted. ¡Vaya a comprobarlo, por el amor de Dios! ¡Mire también en el sótano y en el cuarto de herramientas! Y si encuentra uno de esos pútridos vientres del mal, ¡préndale fuego!
Oiga. ¿Sigue usted ahí? ¡No se aparte del aparato, maldita sea! ¿Es que quiere convertirse en uno de ellos? ¿En un espárrago sin sentimientos? Atienda a lo que le digo: están entre nosotros. No escuche a sus vecinos. No confíe en sus amigas. 

Los testigos que han sobrevivido a sus repugnantes propósitos aseguran que es imposible distinguirlos de los seres humanos. ¿Qué los hace diferentes, señorita? Hay algo que les falta. No hay emoción en sus ojos, ¡no hay nada en absoluto…! La policía se refiere a ellos como «ladrones de cuerpos». 

Los primeros casos se registraron hace un mes en la pequeña localidad de Santa Mira. En menos de una semana todos sus habitantes habían sido abducidos. Solo un hombre logró escapar, el doctor Miles Bennell. Las autoridades del Estado le tomaron por loco.

Dígame, Miles, ¿puedo llamarle Miles? ¿Cómo sucedió todo? La gente empezó a comportarse de un modo extraño. El pequeño Johnny Grimaldi decía que su madre era otra persona y pronto aparecieron más casos iguales. Dan Kauffman, el psiquiatra local, dijo que se trataba de «una epidemia de histeria colectiva». Zanjó el asunto diciendo que la gente estaba preocupada «por lo que pasa en el mundo». Maldito seas, Dan, ¡menuda estupidez! ¿De dónde vienen esas cosas, doctor?

Al principio pensé que se trataba de alguna clase de mutación vegetal. Un efecto inesperado de la radiación atómica, ya sabe. Pero estaba equivocado. Me gustaría darle más detalles, Bill, pero podría ser peligroso. Este humilde reportero ha tenido acceso a información clasificada sobre los «ladrones de cuerpos» y tiene una teoría al respecto. ¿Sabía usted que hablan de un mundo sin dolor en el que todos seremos iguales? ¿Que celebran aquelarres diabólicos en la vía pública? ¿Entiende lo que eso significa? ¿No? ¡Que el valiente Joseph McCarthy tenía razón!

Los enemigos de la patria se han infiltrado entre nosotros con el venenoso disimulo de las serpientes. Han propagado sus ponzoñosas ideas soviéticas con ayuda de los agitadores de Hollywood y no pararán hasta acabar con todo lo bello que hay en este país… ¡Dmytryk! ¡Trumbo! ¡Bacall! ¡Arderéis todos en el infierno! ¡Y tú también, Bogart! ¿A quién pretendes engañar, sucio commie engominado?

Un minuto, tenemos una llamada. No. No puede ser. Bakersfield y Lancaster han caído. Esas cosas están a las puertas de la ciudad. Han tomado el control de las carreteras. Camiones. Traen camiones cargados de vainas. Oh, señor, apiádate de mí. ¿Por qué no acabamos con ellos cuando tuvimos la oportunidad? Ah, ya recuerdo, porque el cobarde de Roosevelt se sentó a negociar... ¡Así llueva la sangre sobre tu tumba y la de Stalin! ¡Así caigan las plagas de Egipto sobre tus hijos! ¡Así…! ¡¡…!!

Está usted escuchando la KWG 94 punto 3. Son las once y treinta y siete minutos de la noche y el cielo está despejado como la mente de un marine americano. Les habla Larry Adams. Relájense y disfruten de la extraordinaria Billie Holliday, en directo para ustedes desde el Grand Park Hotel de Las Vegas, Nevada. You go to my head And you linger like a haunting refrain And I find you spinning round in my brain Like the bubbles in a glass of champagne …

Jot Down


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