«Yo no era una vagabunda ni una puta. Sin embargo, querían verme de ese modo. Supongo que no podían venderme de ninguna otra manera. Y yo entendía que tenían que venderme. Porque entonces me desearían y amarían».
Norma Jeane/Marilyn Monroe representaba un cierto modo de superviviencia americano. Surgida de la nada más absoluta, se topó con personas o circunstancias que le transformaron, y tuvo que avanzar. «Mi vida fue casi como la de Norma Jeane. Provengo de la clase trabajadora, y todo en mí parece ser un accidente. Si eres pobre, no cuentas con muchas opciones, la vida viene directa a por ti».
Quien así habla es Joyce Carol Oates, autora de «Blonde», la novela sobre el mito dorado, -que ahora rescata Alfaguara-, en la que destila en forma de ficción la vida de la heroína norteamericana por antonomasia: Norma Jean. Pero no era ningún bicho raro. A ella la convirtieron en Marilyn Monroe.
La escritora rescata y recrea diarios íntimos, poemas, testimonios, y reconstruye así la vida interior de Norma Jeane Baker, la pequeña sin padre, la mujer dependiente de tranquilizantes y estimulantes, la malograda actriz y amante; y también a su «Amiga Mágica del Espejo», la idolatrada rubia que el mundo llegó a conocer como Marilyn Monroe.
Cuando Joyce Carol Oates vio una fotografía de Norma Jeane Baker de diecisiete años comprobó en ella a otras chicas de su propio pasado. En una ola emocional, se le ocurrió que aquella muchacha no tenía la menor idea de lo que iba a ser su vida. Y escribió un monumental poema épico, «Blonde», una novela de 933 páginas que ahora vuelve a ver la luz
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