15.8.15

John Banville "El intocable"

Las memorias de Anthony Blunt, personaje en cuya vida está inspirada esta novela, fueron expuestas a la luz pública por primera vez en 2009, en la Biblioteca Británica, que ha sido su depositaria desde la muerte de Blunt, en 1983. Banville, que publicó esta novela en 1997, se ha basado, pues, en otras publicaciones para desarrollar el personaje central personaje así como los miembros del famoso Círculo de Cambridge, del que surgieron los espías que han sido origen de diversas novelas y películas.
De hecho, al final de la novela se incluye una bibliografía que el autor ha consultado o tenido en cuenta a la hora de escribir la novela.

Narrada en primera persona a partir del momento en que es deshonrado públicamente por haber traicionado a su país, Victor Maskell, a punto de cumplir 72 años, decide empezar unas memorias, recordando y contando su vida…a su manera; mientras una supuesta periodista, la señorita Vandeleur,  toma notas y le escucha a lo largo de un año.

Habituado a llevar una doble o triple vida, a ocultar tanto la condición de espía como la de homosexual, haciendo equilibrios entre la colaboración con los rusos y su actividad en el Departamento de Exteriores,  el cargo de conservador de la Pinacoteca Real británica, Maskell vive una existencia en constante desasosiego y sin embargo, el peligro le excita, casi tanto como la contemplación de los cuadros de Poussin, el pintor que más admira desde su juventud, y de quien conserva toda su vida un pequeño cuadro,

La muerte de Séneca, que llega a convertirse en un fetiche para él. “Desde el principio -afirma el protagonista narrador- vi en Poussin a un paradigma de mí mismo: la vena estoica, el afán de tranquilidad, la fe inquebrantable del poder de transformación del arte”.

La historia, si bien esta muy inspirada en Blunt, no es en modo alguno una biografía, (de hecho, se toma grandes licencias respecto a su vida privada) es una novela, tengámoslo en cuenta. Una ficción que baraja la intriga con la introspección psicológica.

Consigue reflejar el clima que reinaba en esos años, tanto los previos a la Segunda Guerra Mundial, como los años de guerra propiamente, y el marasmo en que se movían esos jóvenes provenientes de un alto nivel social escorados, sin embargo, hacia la ideología izquierdista; el ambiente turbio y siempre movedizo del espionaje, y la perturbadora obsesión sexual que le domina y que parecía contagiosa en esos círculos, así como el alcoholismo como vía de expulsión de los demonios interiores.

“Éramos –afirma Maskell- la última hornada de gnósticos, éramos los guardianes de un conocimiento secreto, para quienes el mundo de las apariencias era únicamente una zafia manifestación de una realidad infinitamente más sutil, más real, solo conocida por unos pocos elegidos, pero cuyas férreas e ineluctables leyes actuaban en todas partes.(…) Por eso podíamos gastar bromas en cualquier sitio y beber toda la noche y reírnos como tontos, porque debajo de toda nuestra frivolidad obraba la firme convicción de que el mundo debía ser cambiado y éramos nosotros los únicos que lo podríamos llevar a cabo.”

[Versión Kindle]

No hay comentarios:

Publicar un comentario