Volver a Ferrante es volver siempre a la herida, pero a la herida con el mejor diseño, a aquella que no desperdicia la sangre ni se apoya en los efectos especiales.Volver a Ferrante es encontrar verdades de las que huimos en esa realidad que nos asiste y concierta nuestras citas cada día.
Volver a Ferrante es sentarse cara a cara con la memoria, ese espejo retrovisor que jamás pierde el azogue.
El tiempo ha pasado desde que Lila y Lenú fantaseaban entre las sombras, ya no son aquellas niñas quemadas por la mano siempre helada de la miseria. Ahora son dos mujeres, pero dos mujeres que siguen sin saber vivir y que se ven obligadas a hacerlo por persona interpuesta.
Lenú parece haber encontrado su lugar en el mundo gracias a las renuncias de Lila y ésta es una activista política de las de pie en tierra y manos estropeadas por culpa del trabajo. Lenú es por fin escritora y por fin alguien la ama sin el ansia de esos primeros amores que devoran los cuerpos e inutilizan de por vida al resto de futuros amantes.O eso cree ella, porque como anticipa el título, las deudas del cuerpo han de pagarse más tarde o más temprano.
Lenú parece haber encontrado su lugar en el mundo gracias a las renuncias de Lila y ésta es una activista política de las de pie en tierra y manos estropeadas por culpa del trabajo. Lenú es por fin escritora y por fin alguien la ama sin el ansia de esos primeros amores que devoran los cuerpos e inutilizan de por vida al resto de futuros amantes.O eso cree ella, porque como anticipa el título, las deudas del cuerpo han de pagarse más tarde o más temprano.
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