Un bello disparate que fue lanzadera hacia la fama del escritor californiano Charles Bukowski. Este libro reúne una serie de relatos escritos en total libertad para la revista underground Open City. A partir de acá su fama fue creciendo al comenzar a publicar sus libros de relatos y poemas. « El sucesor de Miller y Burroughs», comentó Le Nouvel Observateur.
Un libro brutal, escandaloso, recopilado de las columnas que escribió durante catorce meses. John Bryan comenzó con el periódico Open City en la habitación delantera de una pequeña casa de alquiler. Bryan trabajaba en el L.A. Free Press hasta que lo echaron.
Después de eso montó su propio diario. El tiraje aumentaba mientras que la publicidad seguía siendo escasa. A partir de aquel momento Bukowski comienza a recibir cartas y visitas de los lectores de Open City. Les gustó desde el principio su lenguaje a pelo, sus historias de tipos que estaban muy lejos del estereotipo del triunfador imbuido dentro del sueño americano.
El libro es más bien el retrato de la pesadilla americana, de los desfavorecidos, los locos, aquellos que se encuentran fuera del sistema, de lo establecido. Un libro sin anestesia, aunque tenga también sus momentos tibios. Aquel viejo borracho, medio loco por el alcohol o por los golpes de la vida, quizás ambas, escribía como un paria escondiendo siempre su lado sentimental.
Los amores que se iban le dolían. Los recuerdos lo atormentaban. A lo mejor fueron aquellos los detonantes para que desde muy joven convirtiera la bebida en su primer oficio. Lúcido, esplendido, un bello disparate como he dicho, y autobiográfico como la mayoría de sus escritos, aunque sin descartar la posibilidad de que no sean sus escritos siempre sobre su vida real, simplemente aparece él como protagonistas de historias que bien podrían haberle pasado a otros o simplemente inventadas por el autor.
Hay que decir también que a diferencia de lo que piensan muchas personas sobre este autor tan prolífico, cincuenta libros escritos a lo largo de su vida, que un hombre que pase más tiempo en los bares que con los libros, no podría haber escrito como Buk. Se inventó un personaje muy cercano a él y lo hizo famoso.
El último poeta maldito americano, con un lenguaje parco, descarnado, intenta con pocas palabras conectar directamente con el lector, y lo logra. Lo que se destaca en su narrativa es el ambiente, donde una halo de confusión y brutalidad se espesa alrededor de los personajes. El reverso de las tarjetas postales de la California de aquellos tiempos.
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