La semana pasada el American Institute of Graphic Arts reveló los ganadores del concurso 50 Books/50 Covers, que desde 1923 celebra el diseño y la producción editorial. En Design Observer puede verse la lista completa de los libros y cubiertas que se hicieron un hueco en la edición de 2011. Y ahora la pregunta: ¿en 30 años, cuando la lectura sea fundamentalmente digital, seguirán existiendo las cubiertas de libros? En Estados Unidos llevan ya tiempo preguntándose si el Kindle será el responsable de su extinción, si su -triste- futuro pasa por verse reducidas a imágenes de 200 píxeles en librerías online donde lo que de verdad importa al comprador son los comentarios de otros lectores.
El diseñador Manuel Estrada responde que no. A ambas cuestiones. “Para ser comprados, los libros necesitan un resumen visual. Los físicos y los digitales”, asegura. “Los italianos dicen que un cartel es un grito pegado a la pared y tradicionalmente se ha entendido que las cubiertas eran eso, ‘gritos pegados a libros’. Yo prefiero otra definición. Para mí las cubiertas son puertas y ventanas: accedemos por las primeras al interior del libro y su contenido asoma por las segundas. Por eso siempre serán necesarias”. Ahora bien, sí que admite que las cubiertas están en un momento de cambio. “En el mundo online te hablan desde cinco centímetros de tamaño, por eso hay que ser más eficaz, sincero y certero”.
El futuro, opina Estrada, no sólo transformará la librería convencional. “También habrá que reestudiar las librerías digitales. Necesitan convertirse en lugares que comuniquen mejor y entonces la imagen tendrá una mayor presencia. Es obligado. Hoy ya predomina lo icónico sobre lo textual y es difícil que se invierta esta tendencia”.
El diseñador Fran Martín de la agencia creativa Proyecto Ego coincide en que "la comercialización digital tiene que cambiar. Los editores no pueden limitarse a vender un libro en Amazon y esperar a que los usuarios se fijen en él. Hacen falta campañas distintas y, sobre todo, buenas cubiertas", explica Martín, quien tiene un proyecto editorial entre manos que nacerá con esta lección aprendida: "Cada publicación tendrá no sólo su propia cubierta, también su propio site".
Ni hay ni habrá una fórmula única o mágica, pero el editor y diseñador Craig Mod se atreve a predecir en Hack the cover que las cubiertas de los e-books serán fundamentalmente iconográficas, con tipografías grandes y legibles, fórmula que ya explota desde hace tiempo O'Reilly Media.
Independientemente de su fisonomía, lo que importará será lo de siempre: causar una buena impresión en el lector/comprador. Eso es lo que lleva haciendo durante casi tres décadas el simpar Chip Kidd en la editorial Alfred A. Knopf. Como relata teatralmente en esta charla TED -es más que recomendable verla entera, pero los apresurados pueden saltar directamente al minuto 12 para escuchar la historia de la cubierta en tres actos de Me llamo Rojo de Orhan Pamuk-, en su opinión hay mucho que ganar con los libros electrónicos: portabilidad, facilidad de acceso, comodidad. Pero también pequeñas grandes cosas que perder si renunciamos a tocar las cubiertas físicas: tradición, el confort que sólo nos proporcionan los objetos y hasta un poco de humanidad.
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