Es la primera obra del, por entonces, joven Philip Roth. En ella ya dejaba constancia del tono y los recursos posteriormente convertidos en claves habituales de su narrativa, como el sarcasmo y su capacidad para transformar las situaciones serias en parodias.
Este proto-Roth se inauguraba con una novela corta, Goodbye, Columbus, y cinco cuentos: La conversión de los judíos, Defensor de la fe, Epstein, You Can't Tell a Man by the Song He Sings y Eli, el fanático. Todos ellos centrados en la misma temática: la comunidad judía.
De hecho, Goodbye, Columbus, como si de La dama y el vagabundo se tratara, explora la relación entre poderes a través de un romance entre personas de diferente clase social. Por un lado está Neil Klugman, que hace de narrador del relato, y por otro Brenda Patimkin, que procede de una familia adinerada. La historia, además, tuvo una decente adaptación cinematográfica en el 69 dirigida por Larry Peerce, que incluso llegó a estar nominada al Oscar a mejor guion.
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