Decir Borges es decir borgiano. Es uno de los escritores latinoamericanos de mayor carisma y lealtad entre quienes se consideran sus lectores, por más que en su caso habría que calificarlos de seguidores o acólitos. Es uno de los grandes autores 'de culto', con la ventaja de que la constancia de sus adeptos le ha convertido, casi, en escritor de éxito. Este cosmopolita, exquisito y culto escritor argentino supo fundir como nadie la ficción y la realidad hasta alcanzar un estilo intransferible e hipnótico. Con estudios en Argentina, Suiza e Inglaterra, y estancias en España, su fascinación indiscutible por la cultura anglosajona supo, también, compartirla con la reivindicación de la esencia porteña, suponemos que a modo de tributo por su infancia en el barrio bonaerense de Palermo.La prosa de Borges tiene la sabiduría de la aparente sencillez y, al mismo tiempo, es un prodigio de precisión y sutil ironía.
Publicado por primera vez en 1935, recopila varios relatos de aventuras y biografías de personajes maravillosos en los que deslindar lo real de lo imaginario es casi una ordinariez. Como él mismo escribió: 'Que cada hombre construya su propia catedral. ¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?'.
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