"Solo tenemos derecho a odiar lo que es eterno".
Probablemente El Gatopardo (1957) sea una obra más conocida por la versión cinematográfica dirigida por Lucino Visconti (1963) que por la propia novela. Sin embargo, quien se acerque al texto literario, descubrirá una espléndida novela ambientada en una Sicilia aletargada donde se recrea el proceso histórico de la unificación italiana así como el consecuente proceso de sustitución de clases en el poder.
Don Fabrizio, el Príncipe y señor de la Casa de los Salina, contempla con cierta indiferencia, teñida de resignación, la decadencia de su propia clase social y la desaparición paulatina de su propio mundo. Una burguesía liberal emergente, caracterizada por la codicia y el ansia de poder, irá arrinconando a la clase dominante aunque incapaz de exhibir sus maneras refinadas y distinguidas.
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