«Soy un payaso y colecciono momentos», con estas palabras se describe a sí mismo Hans Schnier, un artista venido a menos, destruido por la pérdida de un horizonte social y personal que le es tan ajeno como la felicidad que le ha sido vetada.
Narrada en primera persona, Opiniones de un payaso es la obra con la que Heinrich Böll se situó definitivamente en el centro de la conciencia alemana, no solamente de la literaria sino sobre todo de la moral, política y religiosa. Católico ferviente, Böll se sintió obligado a manifestar su repugnancia ante las formas de adulteración y perversión que ciertos elementos representativos del catolicismo alemán creyeron conveniente adoptar con el fin de defender posiciones del poder político.
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