Los años transcurridos desde la publicación por vez primera de esta obra no han restado ni un ápice a su actualidad, pues el papel de la religión en los estados laicos es objeto de vehementes discusiones en los tiempos que corren, tanto en España como en Europa, y tras esos debates se esconde la cuestión más profunda de si un hombre moderno e ilustrado puede defender ante la razón, y en qué forma, la fe en Dios.
A partir de aquí cabe afirmar que el presente libro se dirige a dos clases de lectores: los que dudan en su fe y los que dudan en su cuestionamiento de la misma. Defensor, con Descartes, de una racionalidad crítica, pero acusador, con Pascal, de un racionalismo ideológico, Hans Küng elude tanto el racionalismo como la ingenuidad fideísta, afrontando los retos del ateísmo moderno (Feuerbach, Marx y Freud) y del nihilismo posmoderno (Nietzsche).
El resultado de ambos ha sido la puesta en cuestión de las certezas fundamentales, en primer lugar las relativas a la fe religiosa y, después, las que conciernen a la consistencia y sentido de la realidad en general. Para Küng este resultado es irrefutable, pero, al mismo tiempo, no concluyente.
El resultado de ambos ha sido la puesta en cuestión de las certezas fundamentales, en primer lugar las relativas a la fe religiosa y, después, las que conciernen a la consistencia y sentido de la realidad en general. Para Küng este resultado es irrefutable, pero, al mismo tiempo, no concluyente.
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