La canción fue grabada originariamente en 1968 por Serge Gainsbourg y su amante de entonces, Brigitte Bardot. La instrumentación se inspiraba claramente en el reciente éxito "A Whiter Shade of Pale" del grupo Procol Harum (retitulado en España como "Con su blanca palidez") y esta grabación corrió a cargo de Michel Colombier, un músico de larga trayectoria quien décadas después sería contratado por Madonna para su álbum Music y para "Die Another Day", canción para la saga de James Bond.
La grabación de Gainsbourg y Bardot se radió muy pocas veces, causando un gran escándalo, y Bardot le pidió a Gainsbourg que no la lanzase en disco, lo que Gainsbourg aceptó. La explicación oficial afirmaba que el disco no se publicó por la oposición del marido de Bardot, Gunter Sachs, lo que resulta extraño teniendo en cuenta que era un conocido magnate de Playboy.
Más bien se cree que Sachs intuía que su esposa y Gainsbourg tenían una aventura, y Bardot procuró evitar el conflicto. La grabación de Gainsbourg con Brigitte Bardot sería publicada en 1986, con la aprobación de la actriz y para recaudar dinero con fines benéficos.
En ese mismo año 1968, Gainsbourg conoció a la actriz inglesa Jane Birkin y se enamoró de ella. Ambos grabaron una nueva versión de la canción, que fue lanzada en 1969.
El título de la canción viene de la conocida cita atribuida a Dalí: "Picasso es español, yo también. Picasso es un genio, yo también. Picasso es comunista, yo tampoco"
La letra de la canción es un diálogo imaginario que se produce en un encuentro sexual entre dos amantes. Es muy conocida por la repetición de la frase del título, que se traduce como Yo te amo... Yo tampoco, distorsionada por los gemidos de Birkin. Entre las frases de la canción se destacan:
"Je vais et je viens, entre tes reins" (Voy y vengo, entre tus caderas, literalmente: Voy y vengo, entre tus riñones)
"Tu es la vague, moi l'île nue" (Tú eres la ola, yo la isla desnuda)
"L'amour physique est sans issue" (El amor físico es un callejón sin salida)
El tema fue polémico porque ninguna canción había representado hasta el momento un acto sexual tan directo, ni siquiera durante la revolución sexual de los años 1960. Está cantada en susurros, de forma sugerente, y la letra evoca el tabú del sexo sin amor. Además, Jane Birkin simula un orgasmo en la canción. Fue fundamentalmente esta la causa por la que la canción fue prohibida en las radios de España, Islandia, Italia, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia y Yugoslavia, y denunciada públicamente por el Vaticano
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