Con After Dark Haruki Murakami retoma su especialidad: las historias de post-adolescentes complejos y acomplejados, en un universo que bascula entre lo cotidiano y una forma de fantástico poético. La narración viaja a través de la noche ramificándose en historias que brotan alrededor de Mari.
El encuentro con Takahashi la llevará a visitar un Love Hotel en la que ejercerá de detective, a partir del cual se nos irán revelando retazos de la vida noctámbula, la oscura cara oculta, de una ciudad que puede ser Tokio.
El encuentro con Takahashi la llevará a visitar un Love Hotel en la que ejercerá de detective, a partir del cual se nos irán revelando retazos de la vida noctámbula, la oscura cara oculta, de una ciudad que puede ser Tokio.
A pesar de que afloren temas como la inmigración o la prostitución, no hay que suponerle una intención social y aún menos de denuncia a Murakami. Lo que le interesa es fabricar un cuento de hadas moderno y hacérselo atravesar a Mari, esa bolita erizada de temores, para hacer aflorar su identidad y revelar el conflicto con su Yo escindido, su reflejo anverso: su hermana. Todo After Dark está construído entorno al juego de la identidad y la disolución en forma de oscuridad o sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario