Para mucha gente, Revolver es el mejor disco del grupo. No en vano circulan por internet montones de reseñas enfervorizadas de este trabajo, considerado por muchos el reflejo del mejor momento de los Beatles: los primeros años de marihuana y alucinógenos, cuando empezaron a dedicarse sólo a grabar y pasaron de hacer giras; cuando dejaron de ser un grupo de pop ñoño y se convirtieron en unos compositores más ácidos, la mar de serios, que vomitaban sin parar canciones imprescindibles, incontestables.
En Rubber soul ya había asomado todo esto, si bien aquí las nuevas maneras se solidificaron por completo y les durarían ya hasta el final de su carrera como grupo (y más allá).
Revolver es quizá la muestra más redonda y acabada de este nuevo estilo (con permiso de Sargent Peppers y de Abbey road, y sin hacer de menos a todos los demás, imprescindibles también). Es uno de esos discos seminales que han influido en todo bicho viviente (lo sepa o no); es uno de esos eslabones perdidos, una de esas cosas que te ayudan a reconstruir el tránsito del pasado al presente del pop, del rock y de cualquier variante más o menos metalúrgica o ruidosa de lo mismo.
Porque escuchando Revolver se puede apreciar hasta qué punto dichas variantes han mamado todas de la misma teta. Por fin George Harrison tuvo un papel mayor, quizá porque los nuevos horizontes del grupo le iban como anillo al dedo. Esto no hizo más que mejorar lo que ya era una maravilla desde el principio.
Las aportaciones de Harrison para Revolver son fuera de serie, abriendo él mismo el disco con la impresionante Taxman, que nos pone en nuestro sitio nada más empezar y nos advierte dónde nos hemos metido. Las otras dos obras maestras que nos regala son la "hindú" Love you too y la inspiradísima I want to tell you, de las que no diré nada porque se explican a sí mismas cuando uno se las regala a sus orejas. John Lennon, que no le iba a la zaga en cuelgue ni mucho menos, también se salió por los cuatro costados con I’m only sleeping, Doctor Robert, She said she said o And your bird can sing, por nombrar algunas.
Ésta última tiene un riff de guitarra a dos voces que te pone de un buen humor que acojona. McCartney, cómo no, tuvo que dar la nota suavecita y melosa con Here, there and everywhere o con For no one, que en principio parecen un anuncio de pañales entre tanto macarra endrogao. Pero cuidado, son grandísimas canciones también, y contrapesan el disco estupendamente.
Y como no, oitra de las obras maestras del disco, y de los Beatles en general: Eleanor Rigby.
A Ringo, como siempre, le dieron "una cosilla" para que cantara. Una canción siempre más banal que las demás, tierna y tal y cual. El caso es que Yellow sumbarine, por más que estemos hartos de escucharla, es otra grandísima canción hecha con cuatro notas mal contadas, y otra muestra más del buen rollo que se respira en todo el disco.
Nada que decir de las composiciones, de los coros, de la instrumentación... es un disco de enciclopedia, cuyo contenido es música pura. Sirve para vaciarse por dentro al escucharlo o para, analizándolo humildemente, comprender un poco mejor por qué nos gusta la música popular.
Porque escuchando Revolver se puede apreciar hasta qué punto dichas variantes han mamado todas de la misma teta. Por fin George Harrison tuvo un papel mayor, quizá porque los nuevos horizontes del grupo le iban como anillo al dedo. Esto no hizo más que mejorar lo que ya era una maravilla desde el principio.
Las aportaciones de Harrison para Revolver son fuera de serie, abriendo él mismo el disco con la impresionante Taxman, que nos pone en nuestro sitio nada más empezar y nos advierte dónde nos hemos metido. Las otras dos obras maestras que nos regala son la "hindú" Love you too y la inspiradísima I want to tell you, de las que no diré nada porque se explican a sí mismas cuando uno se las regala a sus orejas. John Lennon, que no le iba a la zaga en cuelgue ni mucho menos, también se salió por los cuatro costados con I’m only sleeping, Doctor Robert, She said she said o And your bird can sing, por nombrar algunas.
Ésta última tiene un riff de guitarra a dos voces que te pone de un buen humor que acojona. McCartney, cómo no, tuvo que dar la nota suavecita y melosa con Here, there and everywhere o con For no one, que en principio parecen un anuncio de pañales entre tanto macarra endrogao. Pero cuidado, son grandísimas canciones también, y contrapesan el disco estupendamente.
Y como no, oitra de las obras maestras del disco, y de los Beatles en general: Eleanor Rigby.
A Ringo, como siempre, le dieron "una cosilla" para que cantara. Una canción siempre más banal que las demás, tierna y tal y cual. El caso es que Yellow sumbarine, por más que estemos hartos de escucharla, es otra grandísima canción hecha con cuatro notas mal contadas, y otra muestra más del buen rollo que se respira en todo el disco.
Nada que decir de las composiciones, de los coros, de la instrumentación... es un disco de enciclopedia, cuyo contenido es música pura. Sirve para vaciarse por dentro al escucharlo o para, analizándolo humildemente, comprender un poco mejor por qué nos gusta la música popular.
1. Taxman
2. Eleanor Rigby
3. I'm Only Sleeping
4. Love You To
5. Here, There and Everywhere
6. Yellow Submarine
7. She Said, She Said
8. Good Day Sunshine
9. And Your Bird Can Sing
10. For No One
11. Doctor Robert
12. I Want to Tell You
13. Got to Get You into My Life
14. Tomorrow Never Knows
The Beatles:. Revolver - 1966 (Full Album 2009 Stereo
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