Imagino que, en 1969, debe haber sido inesperado que el bajista de uno de los álbumes más rupturistas e innovadores de la década se despache con un primer trabajo solista compuesto casi exclusivamente de... canciones. Canciones juguetonas, irreverentes, capaces de reunir en unos pocos minutos todo lo que tiene de bueno, desprejuiciado y sorpresivo la psicodelia.
Con Kevin tenemos a Robert Wyatt, Hugh Hopper, Mike Ratledge (o sea: Soft Machine), David Bedford y Paul Buckmaster, entre otros. En los bonus tracks tocan los hermanos Sinclair, Richard Coughlan y, en un tema, el link más directo a lo que se suele denominar psicodelia: Syd Barrett.
Los arreglos son por momentos "modestos", escuetos, aunque trabajados con gran imaginación. Los instrumentos están ejecutados, como es de esperar, con maestría. Porque todos estos músicos son excelentes, saben perfectamente cómo interpretar canciones "sencillas", aunque se pasen gran parte de sus vidas tocando música compleja e intrincada.
La voz señorial de Ayers le confiere a todo el disco cierto encanto gris y, sin embargo predomina un sentido del humor algo infantil, onírico, si se quiere, surrealista. Los teclados de Ratledge por momentos refuerzan ritmos circenses (Joy of a Toy Continued, por ejemplo) y, en otros casos, crea pasajes tétricos al darle rienda suelta a su distorsión softmachinesca (Stop This Train (Again Doing It)). El bajo de Ayers tiene un sonido suelto y húmedo, que crea la sensación de que las notas van a saltar de los parlantes y ponerse a bailar alrededor nuestro.
Los temas más calmos son bellísimos: Eleanor's Cake (Which Ate Her) tiene un aire más bien pastoral, Girl on a Swing es un acercamiento al pop de cámara; en ambos encontramos a un Ayers serio, que busca con éxito la mejor forma de expresar sus sentimientos respecto de algunas mujeres.
Los arreglos son por momentos "modestos", escuetos, aunque trabajados con gran imaginación. Los instrumentos están ejecutados, como es de esperar, con maestría. Porque todos estos músicos son excelentes, saben perfectamente cómo interpretar canciones "sencillas", aunque se pasen gran parte de sus vidas tocando música compleja e intrincada.
La voz señorial de Ayers le confiere a todo el disco cierto encanto gris y, sin embargo predomina un sentido del humor algo infantil, onírico, si se quiere, surrealista. Los teclados de Ratledge por momentos refuerzan ritmos circenses (Joy of a Toy Continued, por ejemplo) y, en otros casos, crea pasajes tétricos al darle rienda suelta a su distorsión softmachinesca (Stop This Train (Again Doing It)). El bajo de Ayers tiene un sonido suelto y húmedo, que crea la sensación de que las notas van a saltar de los parlantes y ponerse a bailar alrededor nuestro.
Los temas más calmos son bellísimos: Eleanor's Cake (Which Ate Her) tiene un aire más bien pastoral, Girl on a Swing es un acercamiento al pop de cámara; en ambos encontramos a un Ayers serio, que busca con éxito la mejor forma de expresar sus sentimientos respecto de algunas mujeres.
01 - Joy of a Toy Continued
02 - Town Feeling
03 - The Clarietta Rag
04 - Girl on a Swing
05 - Song for Insane Times
06 - Stop This Train (Again Doing It)
07 - Eleanor's Cake (Which Ate Her)
08 - The Lady Rachel
09 - Oleh Oleh Bandu Bandong
10 - All This Crazy Gift of Time
Bonus tracks:
01 - Religious Experience (Singing a Song in the Morning) - Featuring Syd Barrett
02 - The Lady Rachel - Extended first mix
03 - Soon Soon Soon
04 - Religious Experience (Singing a Song in the Morning) - Take 103
05 - The Lady Rachel - Single version
06 - Singing a Song in the Morning
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