Milan Kundera "La broma" 1967

Ludvik, joven estudiante, universitario y miembro activo del partido comunista checo, decide enviar a una compañera de clase una postal que sería interceptada más tarde por los dirigentes de la universidad. Con tintes políticos, cínicos y sarcásticos, la postal no hace ninguna gracia a los miembros del comité, por lo que deciden expulsarlo del partido y enviarlo a un colegio militar.

Durante su estancia, Ludvik vivirá las consecuencias de un malentendido que cambiará su destino para siempre y lo llevará a experimentar sensaciones de destierro, impotencia y odio. Una tragedia personal fuertemente vinculada con un tiempo y contexto llenos de rupturas y disputas por el control hegemónico mundial.

Sin embargo, el autor nos advierte “es una novela de amor”. Ludvik experimentará la incertidumbre, ternura e insatisfacción de su amor hacia Lucie, y el odio, cinismo y sensualidad hacia Elena, la esposa de su enemigo.

La broma representa una serie de reflexiones en torno a la historia, el amor y la juventud. Una metáfora de lo que realmente somos como hombres. Jean Paul Sartre lo afirmaría posteriormente “la pregunta que plantea Kundera es sumamente radical: ¿por qué deberíamos de sentir amor por ellos? Sí: ¿por qué?

“La juventud es terrible: es un escenario por el cual, calzados con altos y coturnos y vistiendo los más diversos disfraces, los niños andan y pronuncian palabras aprendidas que comprenden sólo a medias, pero a las que se entregan con fanatismo.

Y la historia es terrible porque con frecuencia se convierte en un escenario para inmaduros; un escenario para el jovencito Nerón, un escenario para el jovencito Napoleón, un escenario para masas fanatizadas de niños, cuyas pasiones copiadas y cuyos papeles primitivos se convierten de repente en una catastrófica realidad.” Milan Kundera