Esta novela supuso el debut literario de Julian Barnes en 1980 y fue galardonada con el prestigioso Premio Somerset Maugham, que reconoce a los mejores autores menores de 35 años. Desde entonces, ha desarrollado una de las trayectorias más sólidas de las letras británicas de los últimos treinta años, formando parte de un grupo estelar de autores entre los que se encuentran Ian McEwan, Martin Amis, John Banville o Graham Swift.
‘Metrolandia’ es una bildungsroman en la que asisitimos a la maduración del personaje narrador, Christopher Lloyd, en tres momentos cruciales de su vida.
La adolescencia, acompañado de su inseparable amigo Toni y enfrentado con el mundo, su principal objetivo es épater le bourgeois. La temprana veintena, durante su estancia en el París del 68, donde vive sus primeras experiencias amorosas y empieza a ver la vida con otro prisma y, por último, la treintena, ya casado y con hijos, desde la que observa sus años anteriores con condescendencia habiendo adoptado al final la forma de vida que tanto criticó y ridiculizó en su juventud.
El propio Barnes ha reconocido que para la escritura de la novela se baso en sus experiencias personales creciendo en un barrio residencial de Londres.
La adolescencia, acompañado de su inseparable amigo Toni y enfrentado con el mundo, su principal objetivo es épater le bourgeois. La temprana veintena, durante su estancia en el París del 68, donde vive sus primeras experiencias amorosas y empieza a ver la vida con otro prisma y, por último, la treintena, ya casado y con hijos, desde la que observa sus años anteriores con condescendencia habiendo adoptado al final la forma de vida que tanto criticó y ridiculizó en su juventud.
El propio Barnes ha reconocido que para la escritura de la novela se baso en sus experiencias personales creciendo en un barrio residencial de Londres.
Desde el punto de vista narrativo, la novela no aporta nada novedoso al tratamiento de un género tan manido (la novela de iniciación/maduración), combinando los ingredientes habituales. Este tipo de obras parte con la ventaja de que, en algún momento de la narración todos nos podemos sentir identificados con las situaciones o sensaciones que experimentan los protagonistas ya que, en definitiva, todos hemos pasado por este proceso natural de abandonar la infancia para adentrarnos en el camino de la vida adulta.
El estilo ágil e inteligente de Barnes hace que la lectura sea entretenida y, por momentos, brillante, si bien en algún momento echo en falta una narración con algo más de aliento, algunos pasajes son demasiado breves y pasan de puntillas por situaciones y temas relevantes.
Hay cierta sensación de que algunas cosas quedan en el tintero. Dicho esto, teniendo en cuenta que es un ópera prima, el resultado es más que aceptable y ya apunta maneras de gran narrador como se ha visto confirmado con sus posteriores obras.
Anécdota: La novela fue llevada al cine en 1997 con Christian Bale en el papel protagonista.
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