Su vida gira alrededor de la rutina: el cuidado de su casa, de su marido y de su hijo. Una noche, tal como ya le había ocurrido en sus años universitarios, es incapaz de dormir. Hoy, ya lleva diecisiete días sin dormir. En la oscuridad de su casa, ha comenzado a disfrutar de una segunda vida: redescubre la literatura, consigue huir de la cotidianeidad y descubre la alegría de vivir.
Pero poco a poco su sensación del tiempo se desvanece y la liberación se torna en una desconexión con la realidad y un deterioro de su consciencia que nadie parece percibir. Un relato breve con todas las características de la obra del autor japonés y con la colaboración de la ilustradora alemana Kate Menschik, de la que el propio Murakami afirma: «Sus imágenes son de verdad diferentes y únicas.
Es precisamente ese sentido de otredad el que como autor quiero evocar en mis lectores.» Sueño forma parte de la colección de relatos breves de Haruki Murakami publicado con el título de The Elephant Vanishes .
Es precisamente ese sentido de otredad el que como autor quiero evocar en mis lectores.» Sueño forma parte de la colección de relatos breves de Haruki Murakami publicado con el título de The Elephant Vanishes .
Hay algo en el rostro de la mujer que se asemeja al de la propia Menschik. ¿Se ha proyectado a sí misma? "No me identifico necesariamente con los personajes, pero puedo empatizar con ellos", aclara. "Es como los actores que se meten en un papel: me introduzco en el personaje, en sus emociones, y eso tiene un efecto directo sobre los dibujos", continúa. "Las historias de Murakami ofrecen muchos niveles: secuencias que parecen sueños o puzles a los que sólo yo tengo acceso y puedo hacer algo nuevo sobre ellas".
La noche añil y plata que diseñó Menschik le sirvió para 'seducir' a Murakami. "Tuve el honor de conocerle en persona, pero fue después de haber ilustrado el libro. El encargo me vino por parte de la editorial. La cosa funciona así: el Sr. Murakami quiere ver todos los diseños de sus portadas antes de que se publiquen, y los acepta o los rechaza. Mis imágenes le gustaron y quiso ver todas las ilustraciones en cuanto estuviesen terminadas", explica en un correo electrónico.
Los dibujos de Menschik aumentan y disminuyen como Alicia en el País de las Maravillas. "Para hacer las escenas más misteriosas creo que es bueno ofrecer un cambio de perspectiva", explica. "Se puede lograr un efecto caleidoscópico muy bonito, creando un poco de confusión, pero también dejando que el espectador se acerque y tenga la sensación de asistir a la escena personalmente".
Y repasar 'Anna Karenina' con la protagonista. Y vagar por las calles apagadas. Y sentir la parálisis también; ese observarse desde fuera con la voz ahogada en pánico y pensar: "Pero entonces, ¿con qué diablos sueña Haruki Murakami?".
La noche añil y plata que diseñó Menschik le sirvió para 'seducir' a Murakami. "Tuve el honor de conocerle en persona, pero fue después de haber ilustrado el libro. El encargo me vino por parte de la editorial. La cosa funciona así: el Sr. Murakami quiere ver todos los diseños de sus portadas antes de que se publiquen, y los acepta o los rechaza. Mis imágenes le gustaron y quiso ver todas las ilustraciones en cuanto estuviesen terminadas", explica en un correo electrónico.
Los dibujos de Menschik aumentan y disminuyen como Alicia en el País de las Maravillas. "Para hacer las escenas más misteriosas creo que es bueno ofrecer un cambio de perspectiva", explica. "Se puede lograr un efecto caleidoscópico muy bonito, creando un poco de confusión, pero también dejando que el espectador se acerque y tenga la sensación de asistir a la escena personalmente".
Y repasar 'Anna Karenina' con la protagonista. Y vagar por las calles apagadas. Y sentir la parálisis también; ese observarse desde fuera con la voz ahogada en pánico y pensar: "Pero entonces, ¿con qué diablos sueña Haruki Murakami?".
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