Conversaciones con Kafka es una obra peculiar. Recoge las conversaciones mantenidas entre 1920 y 1924 por el autor del libro con Kafka. Esta extraña amistad nace de la relación laboral del padre de Janouch con Kafka a quien admira y respeta por sus opiniones y comportamiento. De este modo, Janouch tendrá acceso directo a Kafka ,observándole en su entorno laboral y acompañándole de vuelta a su casa en la Plaza Vieja. Según la relación se vuelve más estable, el joven acompañará a Kafka en alguno de sus paseos vespertinos.
Este libro nos ofrece una imagen de Kafka algo diferente a la habitual pero, en esencia, totalmente acorde con lo que se sabe de él. Su gravedad y su seriedad a la hora de expresar sus opiniones, sus convicciones sobre el papel de la Literatura en la sociedad o su visión del judío de principios del siglo XX, alejado del gueto pero incapaz de hallar un lugar bajo el sol en el nuevo mundo que está surgiendo son una constante de su pensamiento a través de sus obras de ficción, diarios, correspondencia o estas conversaciones.
Las paradojas de Kafka están muy unidas a su característico sentido del humor que la imagen vulgarizada de su figura ha obviado totalmente en favor de un ser tenebroso y depresivo. Por contra, Janouch (igual que Max Brod) pone de manifiesto las numerosas ocasiones en que sus conversaciones terminaban en una carcajada, o al menos en el especial modo de carcajear que tenía Kafka. Por las páginas del libro aflora un Kafka humano, tierno, vulnerable, lúcido y sabio.
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