Como aquel español que por la virtud de unos libros llegó a ser «don Quijote», Schwob, antes de ejercer y enriquecer la literatura, fue un maravillado lector. Le tocó en suerte Francia, el más literario de los países. Le tocó en suerte el siglo XIX, que no desmerecía del anterior (...) Sus Vidas imaginarias datan de 1896.
Para su escritura inventó un método curioso. Los protagonistas son reales; los hechos pueden ser fabulosos y no pocas veces fantásticos. El sabor peculiar de esta obra está en ese vaivén (...) La Cruzada de los niños refiere un curioso acontecimiento histórico.
A principios del siglo XII, partieron de Alemania y de Francia dos expediciones de niños a Tierra Santa. Creían poder atravesar a pie enjuto los mares (...) Esperanzados, ignorantes, felices, se encaminaron a los puertos del Sur. El previsto milagro no aconteció (...) Marcel Schwob trata de volver a soñar lo que había soñado hace muchos siglos en soledades africanas y asiáticas: la historia de los niños que anhelaron rescatar el sepulcro.
Jorge Luis Borges --Este texto se refiere a una edición agotada o no disponible de este título.
El escritor Marcel Schwob.
A la comunidad clandestina se sumó en plena adolescencia la poeta Luna Miguel. Tenía 15 años. 'Había leído Lolita y Alicia en el país de las maravillas, y mi madre me dijo 'espera porque aún no has leído nada. Y me dio El libro de Monelle, es uno de sus libros favoritos'. Le atrapó esa mezcla de prosa poética y mundos ingenuos y oscuros que construye el escritor francés. Lo ha releído una y otra vez, cambiando arbitrariamente sus preferencias en cada reencuentro. Ha elevado a Monelle a los altares, junto a Dolores Haze y Alicia Lidell. Por encima de Dolores Haze y Alicia Lidell. No es de extrañar que su devoción haya culminado en una ofrenda editorial: ha traducido y prologado la actual edición de Demipage. 'Monelle es una especie de heroína literaria de mi adolescencia', declara.
Entre los cuentos de Monelle, elige Cinco anillos de oro, donde se narra la historia de Jeanie, prometida con un marinero que nunca regresa y al que sale a buscar ignorándolo casi todo sobre los hombres, los caminos, los puertos y las 'casas pintadas de amarillo y azul con cabezas africanas e imágenes de pájaros de pico rojo. De noche, grandes farolas bailaban ante sus puertas donde acudían hombres que parecían ebrios'.
Sostiene Vila-Matas que Marcel Schwob aparenta ser un autor menor. 'Pero', añade, 'no hay que olvidar que las apariencias se las pasó siempre por el forro'. Y también los convencionalismos sobre la vida. 'Nosotros', se lee en El libro de Monelle, 'mentimos a todo el que viene con nosotros, para que sea feliz'.
A principios del siglo XII, partieron de Alemania y de Francia dos expediciones de niños a Tierra Santa. Creían poder atravesar a pie enjuto los mares (...) Esperanzados, ignorantes, felices, se encaminaron a los puertos del Sur. El previsto milagro no aconteció (...) Marcel Schwob trata de volver a soñar lo que había soñado hace muchos siglos en soledades africanas y asiáticas: la historia de los niños que anhelaron rescatar el sepulcro.
Jorge Luis Borges --Este texto se refiere a una edición agotada o no disponible de este título.
El escritor Marcel Schwob.
A la comunidad clandestina se sumó en plena adolescencia la poeta Luna Miguel. Tenía 15 años. 'Había leído Lolita y Alicia en el país de las maravillas, y mi madre me dijo 'espera porque aún no has leído nada. Y me dio El libro de Monelle, es uno de sus libros favoritos'. Le atrapó esa mezcla de prosa poética y mundos ingenuos y oscuros que construye el escritor francés. Lo ha releído una y otra vez, cambiando arbitrariamente sus preferencias en cada reencuentro. Ha elevado a Monelle a los altares, junto a Dolores Haze y Alicia Lidell. Por encima de Dolores Haze y Alicia Lidell. No es de extrañar que su devoción haya culminado en una ofrenda editorial: ha traducido y prologado la actual edición de Demipage. 'Monelle es una especie de heroína literaria de mi adolescencia', declara.
Entre los cuentos de Monelle, elige Cinco anillos de oro, donde se narra la historia de Jeanie, prometida con un marinero que nunca regresa y al que sale a buscar ignorándolo casi todo sobre los hombres, los caminos, los puertos y las 'casas pintadas de amarillo y azul con cabezas africanas e imágenes de pájaros de pico rojo. De noche, grandes farolas bailaban ante sus puertas donde acudían hombres que parecían ebrios'.
Sostiene Vila-Matas que Marcel Schwob aparenta ser un autor menor. 'Pero', añade, 'no hay que olvidar que las apariencias se las pasó siempre por el forro'. Y también los convencionalismos sobre la vida. 'Nosotros', se lee en El libro de Monelle, 'mentimos a todo el que viene con nosotros, para que sea feliz'.
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