12.9.21

The Beach Boys.Capítulo 15. The End (1971) Un corcho en el océano. “Surf’s Up”

Tras el fiasco que supuso “Sunflower” y de igual forma que ocurrió tras “20/20”, el grupo se disgregó temporalmente. Dennis aprovechó la ocasión para casarse con Barbara Charren (con la que tuvo un hijo –Mike- nueve meses después), y empezar el rodaje de “Carretera asfaltada en dos direcciones” del director Monte Hellman, película para la que había conseguido un papel junto a Laurie Bird, Warren Oates y James Taylor.


Entre tanta actividad, Dennis tenía tiempo para sacar a Brian de casa alguna noche. Eran las únicas ocasiones en las que salía de su casa de Beverly Hills y siempre con las mismas compañías, Dennis y la cocaína. Brian seguía en su cuesta abajo sin frenos. Nada valía ya la pena. Una noche condujo su coche sin rumbo definido hasta el desierto de Mojave, de ahí viajó hasta Santa Mónica y se dispuso a arrojarse al océano…, esa tarde había ordenado al jardinero que cavase una agujero en su jardín, donde quería ser enterrado. Finalmente no tuvo valor y, al regresar a casa, escribió los siguientes versos:

”Soy un corcho en el océano,

flotando sobre el mar embravecido,

¿Cuán profundo es el océano?

He perdido mi caminoSoy una roca en un alud,

Rodando por la ladera de la montaña

¿Cuán profundo es el valle?

Esto destroza mi almaSoy una hoja en un día ventoso

Muy pronto volaré

¿Cuánto tiempo soplará el viento?

Hasta que me muera Estas cosas seré hasta que muera “Imagen

Entre tanto, Carl siguió practicando sus habilidades como productor, en esta ocasión con The Flame, aquel grupo sudafricano que conoció con Mike y que, bajo la tutela del pequeño de los Wilson, edita su álbum homónimo a principios de 1971. Por su parte Mike y Al siguieron profundizando en la Meditación Transcendental, ”el Maharishi nos ha dicho que nos enseñará a levitar”.

De vuelta al trabajo tras sus “escarceos extragrupales”, la banda ficha a Jack Rieley como relaciones públicas después de que, éste, disc-jockey, les presentara un informe de cinco folios sobre cómo volver a la primera plana. ”Debéis sonar más potentes, más funky”. La idea apasionó a Carl y Mike que se apresuraron en contratar músicos de apoyo para dotar a sus actuaciones de más aplomo.

Con la nueva formación, de hasta trece músicos –entre ellos los Flame de Carl-, la banda ofrece ocho conciertos en el mítico Whiskey a Go Go de Los Ángeles, la sorpresa es que, en los tres primeros recitales, está Brian. Poco después y con energías renovadas, aceptan la invitación para tocar en el Big Sur Festival con gran éxito y, casi sin descanso, participan en un concierto junto a los Grateful Dead dejándolos a la altura del betún. Durante estas exitosas actuaciones, Mike demostró su disconformidad a la hora de tocar con “rojos comunistas” y “para pandas de drogadictos” empezando a demostrar un derechismo que se iría acrecentando hasta el extremo con los años.

El caso es que la banda estaba funcionando. Eran un espectáculo divertidísimo. Decenas de hits, una banda potentísima de acompañamiento y las cristalinas voces de las que siempre hicieron gala. En 1971 dieron hasta 75 conciertos e ingresaron algo más de 300.000 dólares sólo en este concepto. Habían vuelto al candelero y ni la banda ni la compañía quería dejar pasar la oportunidad de largo. Deciden incorporar como miembros fijos de la banda para los directos a dos integrantes de The Flame (el batería Rickie Fatarr y el bajista Blondie Chaplin) y grabar un nuevo disco

”SURF’S UP”

Editado en USA en agosto de 1971

CARA A

1.Don’t go near the Water (A.Jardine-M.Love)

2. Long promise road (C.Wilson-J.Rieley)

3. Take a load at your feet (A.Jardine-G.Winfrey)

4. Disney girls (B.Johnston)

5. Student demonstration time (J.Leiber-M.Stoller-M.Love)

CARA B

6. Feel Flows (C.Wilson)

7. Looking at tomorrow (A.Jardine-G.Winfrey)

8. A day in the life of a tree (B.Wilson-J.Rieley)

9. Till I die (B.Wilson)

10. Surf’s Up (B.Wilson-V.D.Parks)

Para muchos “Surf’s Up” es el último gran disco de los Beach Boys. No estoy en absoluto de acuerdo. Primero porque “The Beach Boys Love you” (1977) me parece muy superior y, segundo y más importante, porque este “Surf’s Up”, si no es por contadas gemas, no es tan bueno . Siempre he pensado que era un disco con seis canciones muy buenas, pero en el que el resto son bastante mediocres, eso, para mí, no es un gran álbum.

Las razones son varias. La primera es que Brian no está. De hecho, se opuso a que el disco contuviera “Surf’s up” -la canción titular- porque le provocaba recuerdos terribles de su época “SMiLE”. El grupo no cedió y Brian pasó de la grabación aportando sólo dos canciones (además de Surf’s Up). La segunda razón es que Dennis, más preocupado por su vida nocturna, tampoco participó apenas. En resumen: tres canciones de Al Jardine (dos de ellas terribles), dos de Carl (bastante buenas), una patética versión de Mike, y cuatro joyas maravillosas, las tres canciones de Brian y otra preciosidad pop del poco reconocido Bruce.

Jack Rieley no era sólo un relaciones públicas. Se involucró en la creación del disco, tocando instrumentos, escribiendo letras e incluso cantando. El giro hacia la temática ecologista del disco es también aportación de Rieley, así como la sugerencia de que Carl fuera el director del grupo a nivel artístico en ausencia de Brian. Y es que esto es el punto más destacado de este disco: el relevo en el liderazgo del grupo, Brian cede el testigo a su hermano Carl.

La cara A se abre con la desafortunada composición de Al, “Don’t go near the water” , una inofensiva cancioncilla con una letra patética. Mala forma de empezar. Menos mal que llega Carl con su fantástico debut en el mundo de la composición, la genial “Long Promised Road”… ¡qué callado te lo tenías Carl!, la canción es buenísima y está arreglada, producida y cantada por el propio Carl con enorme maestría. El hermano pequeño que, en un simbólico gesto de madurez se había dejado barba, se había hecho mayor.

El excelente sabor de boca se disipa rápido cuando, atónitos, escuchamos una canción sobre los beneficios de ¡¡levar chanclas!!, la horripilante “Take a load off your feet” (enlace)… horrible. Cuando estamos a punto de levantar la aguja del tocadiscos, llega Bruce y su incomparable “Disney Girls (1957)” , preciosa canción llena de melancolía que provocó los más elogiosos comentarios en el propio Brian, ”es perfecta”, dijo. Belleza frente a estupidez en dos canciones, disco de contrastes este “Surf’s Up”. Las armonías merecen especial atención.

Contrastes que vuelven a mostrar su parte más desafortunada con “Student demostration time”. El problema aquí no es la música (versión más que competente del excelente “Riot in cell number nine” de Leiber y Stoller), sino por la reaccionaria letra de Mike Love en la que recomienda a los estudiantes dejar su actitud reivindicativa y quedarse en casa con sus padres, no fuese a ser que pudieran conseguir cambiar algo en este “maravilloso” mundo. Siendo justos, aunque la letra es de Mike el concepto es de Rieley, de ideas tan o más retrógradas que las de Love. Vamos mal.

La cara B vuelve a brillar con Carl de nuevo cogiendo la batuta. “Feel Flows” es atmosférica, vaporosa, inteligente y maravillosamente buena. De nuevo el benjamín compone, arregla y produce una joya pop para la historia. ”Esa canción de Carl es sublime”, dice Brian al recordar el tema. Buena, buena de verdad. Tras semejante goce, viene otra canción de Al, ¿nos echamos a temblar?, por suerte no. “Lookin’ at Tomorrow (A Welfare Song)” es la mejor canción que Al compuso nunca y, aunque no es una maravilla, mejora mucho el nivel de sus anteriores composiciones.

Llevamos ocho canciones y Brian aún no ha aparecido ni tocando, ni cantando…, ni componiendo. Simplemente no estaba. La banda sabía que no podía permitirse tal atrevimiento ni a nivel artístico (aún tullido mentalmente tenía más talento que todos los demás juntos), ni comercial (los pocos fans que tenían lo eran más de Brian que del grupo), ni empresarial (el sello exigía canciones nuevas de Wilson). Así que, sin demasiado convencimiento, Brian les da dos canciones.

“A day in the life of a tree”  es una bonita melodía que queda lejos de sus mejores composiciones. Jack Rieley es el letrista y la voz principal, pretendidamente quebradiza y ligeramente desafinada por petición expresa de Brian. No es una canción maravillosa pero, aún con todo, es de lo mejor del disco.  “Till I die” (enlace) es la canción a la que corresponde aquella letra que Brian escribió poco después de su frustrado intento de suicidio. Tan maravillosamente bella como terroríficamente triste, tan conmovedora como inquietante, es uno de los puntos álgidos de la historia del rock. Absolutamente brillante. Si alguien duda que este hombre es un genio que se lo haga mirar.

Y llegó el momento. El gran final. La canción estrella de “SMiLE”, veía la luz. Originalmente este disco se iba a titular “Landlocked” pero, a sugerencia de Carl, “Surf’s Up” -la vieja joya escondida de “SMiLE”- sería el tema central del disco y la canción que le daría título. Brian rechazó trabajar siquiera en el arreglo, así que Carl cogió la maravillosa versión desnuda que su hermano había grabado para “SMiLE” y se dispuso a rehacerla. 

Para ello, decidió regrabar la primera parte de la canción –incompleta en la versión de Brian- y compuso un nuevo arreglo para esta primera parte. La segunda parte permanecería como estaba en la grabación del 66. La sorpresa para todos fue que Brian, a punto de terminar la grabación, se presentó con un arreglo para la parte final (“Child is father of the man”). 

El resultado es la mítica aunque nunca suficientemente elogiada “Surf’s Up”. Carl imita -con muy buen resultado- la forma de cantar de Brian (falsetto incluido) en un honesto intento de no ultrajar la original. Resulta irónico que la canción que más críticas recibió por parte del grupo en la época de SMiLE por los extraños versos de Parks, aparezca aquí como tema estrella y sin que se toque una sola coma de la letra. Paradójico.

Y así termina “Surf’s Up”, un disco que despierta polémica. Para algunos es una obra maestra, para otros, una muestra más de un grupo en caída libre. Me quedo en el punto medio. Creo que el disco gusta más o menos en la medida que el oyente soporte más o menos las canciones de Al Jardine. Yo no las digiero bien, pero para el que lo consiga, el álbum puede subir muchos enteros, “Long promised road”, “Disney Girls (1957)”, “Fell Flows”, “Till I die” y “Surf’s Up” bien lo merecen.

De hecho, es el disco que mejores críticas recibe en Estados Unidos desde “Pet Sounds”, Rollinstone acaba su elogiosa review (en la que de paso reconoce que el disco anterior –“Sunflower”– no había sido justamente tratado como la maravilla que realmente era) con la siguiente sentencia ”Son el más importante de los grupos americanos. Podéis volver a casa chicos, está todo olvidado” dando a entender una reconciliación entre el público y la crítica norteamericanas y la banda californiana tras sus fracasos “post-pet sounds”. El disco alcanzó un número 29, su mejor resultado en años. En Inglaterra, los elogios son continuos y llega al puesto 15.

Pero la alegría es breve en casa del pobre. Sin apenas tiempo de disfrutar el éxito del disco, estalla una guerra intestina entre los dos managers del grupo: Nick Grillo y el recientemente incorporado Jack Rieley. Con Brian fuera de combate y Dennis pasando del tema, Mike, Carl y Al se ponen de parte de Rieley y Bruce defiende a Grillo. Como resultado Bruce es expulsado del grupo, oficialmente por ”discrepancias musicales”.

Mientras, el grupo siguió su camino. Estamos ante unos nuevos Beach Boys dirigidos por Jack Rieley, sin Brian, sin Bruce, dirigidos por Carl y con Rickie y Blondie en sus filas. Nuevos tiempos, pero ¿buenos?

 Guillermo Mittelbrunn. 10 de septiembre de 2012

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