4.3.14

Antoni Mateu.King Crimson "Larks Tongues in Aspic" 1973

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Fácil: el mejor álbum de King Crimson en toda su historia. Han pasado más de veinticinco años y el disco sigue ahí. Nosotros llegamos a él muy tarde, y tras haber pasado por la mayoría de sus canciones a través de la primera antología Young Persons’ Guide. Así que este disco nunca nos ha parecido lo que piensan los demás, porque dejó de impactarnos globalmente, al hacerlo canción por canción.

Situémonos en qué pasó tras Islands y, sobre todo, Earthbound. La banda fue remozada a partir de Fripp, al que se le unieron Bruford, Cross, Wetton y Muir, amén del letrista Richard Palmer-James (que años más tarde acabaría haciendo canciones para los espagueti-disco-hortera La Bionda).

Desaparece todo regusto sinfónico y el grupo se dedica a tocar en directo antes de grabar nada. El mayor espectáculo del mundo: unas canciones increíbles y un grupo que poco a poco se acabó convirtiendo en el grupo perfecto: sólo hacer falta escuchar cualquier canción en vivo de esa época y cualquier improvisación.

Y el disco se presenta en sociedad: nada de sinfonismos, repleto de experimentación, y de gloriosas canciones. Desde el inicio de Larks’ Tongues in Aspic p. I hasta los últimos acordes de Lark’s... p. II, por el camino algunas de las mejores canciones de todas las épocas de King Crimson, y que se mantienen tan frescas como si fuera aún el lejano 1973.

Después del primer instrumental, algo anticuado a estas alturas, Book of Saturday, Exiles e Easy Money: tres canciones que resumen a la perfección una de las más grandes virtudes de este King Crimson: lo difícil hecho sencillo, lo sencillo hecho difícil, sin florituras, con todo tipo de pretensiones, sin ser pretencioso, sin esconder la cabeza bajo el ala, sin saber que se está haciendo simplemente historia. Imposible olvidar estas tres canciones una vez se han escuchado.

Les sigue The Talking Drum: por fin se sabe para qué puede servir más la batería en el rock, un uso intelegentísimo para crear un ritmo endiablado que, a pesar de su extremada sencillez (y perfección), aún hoy en día sorprende; o la respuesta a qué se puede llegar con la maceración del bagaje expuesto en los álbumes anteriores y en la puesta al día de un experimentalismo alejado del ya rancio sinfonismo. El fin del álbum, con la segunda parte de Larks’..., no deja títere con cabeza. El oyente se debe reponer. Un álbum, como los otros de esta segunda etapa (Starless... y Red), que evita cualquier intento de análisis racional (la batería suena obsoleta en ocasiones; ¿la voz de Wetton no es perfecta?, y qué...).

Discos que llegan a lo más hondo del alma, visceralmente, sin explicación, sin análisis, sin que el oyente pueda reaccionar y diseccionar fríamente lo que ha podido escuchar. El rock underground, el rock intelectualizado, al servicio de la inmensa minoría. La virtud de mezclar experimentación con sencillez en una melodías imposibles de tatarear, imposibles de olvidar. Se inicia la segunda gloriosa e inolvidable etapa de King Crimson. El mito.

Antoni Mateu

"Larks' Tongues in Aspic, Part One" (D. Cross/R. Fripp/J. Wetton/B. Bruford/J. Muir) – 13:36 "Book of Saturday" (R. Fripp/J. Wetton/R. Palmer-James) – 2:49 "Exiles" (D. Cross/R. Fripp/R. Palmer-James) – 7:40 (talking drum) "Easy Money" (R. Fripp/J. Wetton/R. Palmer-James) – 7: "The Talking Drum" (D. Cross/R. Fripp/J. Wetton/B. Bruford/J. Muir) – 7:26 "Larks' Tongues in Aspic, Part Two" (R. Fripp) – 7:12. Se utilizó la composición en la banda sonora de la película Emmanuelle.

 Robert Fripp - Guitarra, melotrón y piano eléctrico John Wetton - Bajo y voz Bill Bruford - Batería David Cross - Violín, viola y melotrón Jamie Muir - Percusión Richard Palmer-James - Letras King Crimson - Larks' Tongues In Aspic, Part Two - 1973

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