Murilo Filho es un legendario cronista futbolístico que se enfrenta al último partido de su vida: una enfermedad terminal. Neto, su hijo, con el que rompió relaciones hace veintiséis años, es un resentido que se gana la vida como corrector de libros de autoayuda y se regodea en la nostalgia de la cultura pop de los años setenta. Un abismo los separa.
El mundo del padre es la época de oro del fútbol brasileño, de la conquista del tricampeonato, de Garrincha y Pelé, de Maracaná, de la bossa nova, de la playa de Copacabana desde la que los bañistas vislumbraban, sonrientes, el futuro soleado del país. Un futuro que se oscureció y del que Neto y su generación son una prueba dolorosa: fueron los hijos de una dictadura salvaje y son los adultos desencantados de la democracia.
Entre los cracks del pasado que reviven en las historias de Murilo Filho está el fascinante Peralvo, un jugador de talento literalmente mágico, un hechicero del mundo de la umbanda y el candomblé, que debería haber sido «más grande que Pelé». El regate es también un relato de la epopeya que miles de niños brasileños, venidos de todos los rincones del país, viven para tratar de consagrarse en el fútbol carioca.
Un tema comentado con frecuencia es la ausencia de grandes novelas sobre fútbol. El regate pone en jaque dicha creencia: a través de una trama de rivalidad y venganza familiar en la que se mezclan el fútbol, la política y el sexo, Sérgio Rodrigues emprende una celebración del glorioso pasado deportivo brasileño, que es, al mismo tiempo, un homenaje nostálgico a la ciudad de Río de Janeiro.
"Una de las mejores novelas sobre fútbol que he leido nunca . El regate cuenta la turbulenta relación entre un hijo, exmúsico punk y expolitoxicómano, y un padre, legendario cronista de la realidad futbolística más esplendorosa de los tiempos de la selección brasileña de Garrincha, Pelé, Tostao o Rivelino…
La parte futbolística del libro es vigorosa, magnífica e inolvidable… Los ejes de esta visión futbolística del mundo son la memorable jugada entre Pelé y Mazurkiewicz en el Mundial de México de 1970, contada con una precisión poética que invita a aplaudir hasta quemarte las manos, y la historia de un delantero paranormal con poderes para adivinar, un segundo antes de que se produzca, el desenlace de una jugada.
Como escritor, Rodrigues es malabarista, individualista, audaz y razonablemente imprevisible…Y, en otro momento, El regate cuenta, con respeto, humor y sensibilidad, cuál ha sido la aportación de las narraciones radiofónicas, imaginativas y basadas en la confianza ciega del oyente, a la evolución del fútbol. Y escribe:
“Fue así como el fútbol brasileño se volvió lo que es: en grande parte a causa del esfuerzo sobrehumano que los jugadores tuvieron que hacer para estar a la altura de las mentiras que los locutores contaban”» (Sergi Pàmies, La Vanguardia)
Un tema comentado con frecuencia es la ausencia de grandes novelas sobre fútbol. El regate pone en jaque dicha creencia: a través de una trama de rivalidad y venganza familiar en la que se mezclan el fútbol, la política y el sexo, Sérgio Rodrigues emprende una celebración del glorioso pasado deportivo brasileño, que es, al mismo tiempo, un homenaje nostálgico a la ciudad de Río de Janeiro.
"Una de las mejores novelas sobre fútbol que he leido nunca . El regate cuenta la turbulenta relación entre un hijo, exmúsico punk y expolitoxicómano, y un padre, legendario cronista de la realidad futbolística más esplendorosa de los tiempos de la selección brasileña de Garrincha, Pelé, Tostao o Rivelino…
La parte futbolística del libro es vigorosa, magnífica e inolvidable… Los ejes de esta visión futbolística del mundo son la memorable jugada entre Pelé y Mazurkiewicz en el Mundial de México de 1970, contada con una precisión poética que invita a aplaudir hasta quemarte las manos, y la historia de un delantero paranormal con poderes para adivinar, un segundo antes de que se produzca, el desenlace de una jugada.
Como escritor, Rodrigues es malabarista, individualista, audaz y razonablemente imprevisible…Y, en otro momento, El regate cuenta, con respeto, humor y sensibilidad, cuál ha sido la aportación de las narraciones radiofónicas, imaginativas y basadas en la confianza ciega del oyente, a la evolución del fútbol. Y escribe:
“Fue así como el fútbol brasileño se volvió lo que es: en grande parte a causa del esfuerzo sobrehumano que los jugadores tuvieron que hacer para estar a la altura de las mentiras que los locutores contaban”» (Sergi Pàmies, La Vanguardia)
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