John Irving es uno de los mejores escritores americanos vivos con novelas como: El mundo según Garp y Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra; se fue ganando un espacio en la critica literaria y en los lista de leidos. Pues en esta otra novela La cuarta mano, Irving sigue investigando en el pesimismo respecto a las posibilidades de la comunicación interhumana.
Un periodista, Patrick Wallingford, que trabaja para una cadena de televisión y que retransmite toda clase de catástrofes, lo envía a un circo en la India, para que relate la noticia de la muerte de un trapecista en plena función.
En el momento que está entrevistando al director del circo, con una jaula de leones al fondo, para hacer la entrevista más acorde con la situación, pierde la mano izquierda, cuando acerca el micrófono a los barrotes de la jaula buscando un momento de espontaneidad. El león lanza su zarpazo por medio de dos barrotes y la mano del presentador acaba en la boca de un león. Esta escena es vista en todo el mundo. Patrick pierde su mano pero al mismo tiempo se convierte en una celebridad mundial.
En el momento que está entrevistando al director del circo, con una jaula de leones al fondo, para hacer la entrevista más acorde con la situación, pierde la mano izquierda, cuando acerca el micrófono a los barrotes de la jaula buscando un momento de espontaneidad. El león lanza su zarpazo por medio de dos barrotes y la mano del presentador acaba en la boca de un león. Esta escena es vista en todo el mundo. Patrick pierde su mano pero al mismo tiempo se convierte en una celebridad mundial.
Unos cinco años después del accidente un donante ofrece su mano izquierda a Patrick Wallingford. La suerte hace que este donante muera accidentalmente. Pero la esposa del donante quiere algo a cambio y, como es natural, lo consigue.
El trasplante resulta un éxito. Pero la esposa del donante, que ahora será la madre del hijo de Patrick, quiere seguir visitando la mano de su marido. Patrick Wallingford no tiene la culpa de ser irresistible para las mujeres y todas las mujeres desean acostarse con él, algo que no resulta excesivamente difícil, aún dada su baja personalidad y su poca empatía por la vida sentimental.
Es entonces cuando el periodista, que siempre ha tenido relaciones fugaces con todo tipo de mujeres, se enamora de la viuda del donante, una mujer extraña que le acaba proponiendo un trato igual de extraño.
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