Señoras y señores, ahora vamos a hablar de cosas de otro mundo.
Para que el milagro exista debe suceder que un gran músico se sienta tocado por los dioses, si además, ese milagro se graba podemos disfrutar de él infinidad de veces. Esto sucedió en la cuidad alemana de Colonia el 24 de enero de 1975. Keith Jarrett dió uno de esos conciertos antológicos que además fué grabado.
Keith Jarrett llegó agotado, su viaje desde Zurich y los dos días sin dormir le estaban pasando factura. Sin embargo, ese cansancio pasó a un segundo plano cuando Jarrett se enteró de que el piano que tenía encargado no llegaría a tiempo para el concierto de la noche y tendría que apañárselas con un piano mediocre al que le fallaba la afinación y los pedales.
A escasas cuatro horas del inicio del concierto, se negó a tocar en esas condiciones y Vera Brandes le tuvo que convencer; supongo que le estará eternamente agradecido, a ella y a los técnicos de sonido de la Ópera que decidieron grabar el concierto sólo para tenerlo en el archivo.
The Köln Concert está dividido en dos partes, siendo la segunda subdivida en tres, por lo que a veces se considera que tiene cuatro partes. Es una grabación tan natural que se puede escuchar a Keith Jarrett tararear la melodía que está improvisando, o gemir, o gritar, o toser, también escuchar los aplausos del público o lo que es más llamativo: las risas en los primeros segundos de la grabación.
Parte I – 26:02
Parte II B – 18:14
Parte II C – 6:57
The Köln Concert es considerada la gran obra maestra del jazz improvisado, y el segundo mejor disco del
jazz (después del Kind of Blue de Miles Davis)
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