16.9.14

Haruki Murakami "Baila, baila, baila" (1988)



El hilo conductor de Baila, baila, baila es un amor imposible, encuentros tejidos con desencuentros… El protagonista, llamado Hiraku Makimura (anagrama del escritor), es un redactor free lance todoterreno que, llevado por un impulso nostálgico, vuelve a un hotel donde pasó unos días con una amante. A partir de ahí  se despliega el universo del autor japonés.
Los murakamistas encontrarán Baila, baila baila apuntes de obsesiones (y líneas maestras) del autor. El sueño confundido con la realidad, el “otro lado” que impone su presencia, el espíritu de las cosas inmateriales, los mensajes de la naturaleza (esa lluvia o esa Luna que habla o avisa) los silencios, lo que se desea decir pero al final no se dice, la pérdida (la mujer, la amante, la madre…) el desasosiego, la locura que se impone como cordura, el destino inevitable…

Y, por supuesto, la habilidad de Murakami para atrapar con su narración, con divagaciones que nunca pierden ritmo y que sitúan un paisaje audiovisual en la mente de sus lectores. Lo cotidiano se vuelve extraordinario y lo sorprendente o absurdo se manifiesta posible. No falta la ironía, el cinismo, en el dibujo de los personajes y de sus acciones y sus vidas adquieren a veces una dimensión dethriller, de unas aventuras cuyo desenlace sigue perpetuando el enigma

 [Versión Kindle]

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