En 1982, Adrian Belew ya había tocado en varios y muy buenos discos: Lodger de David Bowie, Remain in Light de los Talking Heads, Discipline de King Crimson, Sheik Yerbouti de Frank Zappa y The Catherine Wheel de David Byrne. Con los Talking Heads, Bowie y Zappa también había grabado álbumes y videos en vivo. El período más reconocido de su carrera había arrancado hacía solamente cinco años y ya había tocado con algunos de los músicos más geniales y trascendentes de la época.
Más tarde, su currículum también incluiría nombres como Mike Oldfield, Laurie Anderson, Paul Simon y Nine Inch Nails. Por lo tanto, imagino que este Lone Rhino, su primer trabajo solista, desperto comprensibles expectativas.
El disco suena algo futurista y espacial,aunque sin presencia exagerada de aparatos electrónicos, la música de Lone Rhino tiene un poco del panorama new wave de principios de los 80s y unas ligeras, aunque perceptibles, influencias psicodélicas.
También da la sensación de que empieza a trazar una línea que tendría influencia en el rock alternativo de fines de los 80s y comienzos de los 90s. Y todo con un sonido general muy personal, que estaría presente en casi todos sus trabajos posteriores. Adrian toca todas las guitarras y percusiones y, entre la experimentalidad distendida de la bellísima Naive Guitar y el funk muscular de Adidas in Heat, demuestra ingenio y creatividad.
Sus aportes guitarrísticos son siempre especiales, repletos de efectos y texturas peculiares, entre la distorsión histérica de The Man in the Moon y la electricidad selvática de Big Electric Cat. Por suerte, se las ingenia para alternar momentos sobrecargados con melodías dulces y composiciones de a ratos orgánicas, evitando así asfixiar al oyente.
El disco suena algo futurista y espacial,aunque sin presencia exagerada de aparatos electrónicos, la música de Lone Rhino tiene un poco del panorama new wave de principios de los 80s y unas ligeras, aunque perceptibles, influencias psicodélicas.
También da la sensación de que empieza a trazar una línea que tendría influencia en el rock alternativo de fines de los 80s y comienzos de los 90s. Y todo con un sonido general muy personal, que estaría presente en casi todos sus trabajos posteriores. Adrian toca todas las guitarras y percusiones y, entre la experimentalidad distendida de la bellísima Naive Guitar y el funk muscular de Adidas in Heat, demuestra ingenio y creatividad.
Sus aportes guitarrísticos son siempre especiales, repletos de efectos y texturas peculiares, entre la distorsión histérica de The Man in the Moon y la electricidad selvática de Big Electric Cat. Por suerte, se las ingenia para alternar momentos sobrecargados con melodías dulces y composiciones de a ratos orgánicas, evitando así asfixiar al oyente.
01 - Big Electric Cat
02 - The Momur
03 - Stop It
04 - The Man in the Moon
05 - Naive Guitar
06 - Hot Sun
07 - The Lone Rhinoceros
08 - Swingline
09 - Adidas in Heat
10 - Animal Grace
11 - The Final Rhino
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