En esta obra clásica del teatro del absurdo, la protagonista, Winnie, es una señora de mediana edad que aparece en escena semienterrada en un montículo calcinado, bajo una luz cegadora. Pese a ello, a través de un ritual de gestos cotidianos, encuentra siempre motivos, por insignificantes que sean, para considerar sus "días felices".
Según Mª Antonia Rodríguez-Gago, traductora al castellano de la obra, su tema central es el deteriro físico y mental. El rebuscado lenguaje de la protagonista, por ejemplo, refleja especialmente su pérdida de memoria.
Otra característica llamativa, única en el teatro de Beckett, es que el personaje recurre constantemente a las citas literarias, las cuales aparecen distorsionadas, al presentarse en fragmentos mal recordados. El otro personaje de la obra, su esposo Willie, vive obsesionado por el sexo y una postal pornográfica que guarda.
Hallándose totalmente separado de su esposa, detrás de su montículo, refleja la ironía situacional de la pieza, pues su deterioro añadido pone de manifiesto la futilidad de los apetitos físicos a los que se aferra
Otra característica llamativa, única en el teatro de Beckett, es que el personaje recurre constantemente a las citas literarias, las cuales aparecen distorsionadas, al presentarse en fragmentos mal recordados. El otro personaje de la obra, su esposo Willie, vive obsesionado por el sexo y una postal pornográfica que guarda.
Hallándose totalmente separado de su esposa, detrás de su montículo, refleja la ironía situacional de la pieza, pues su deterioro añadido pone de manifiesto la futilidad de los apetitos físicos a los que se aferra
No hay comentarios:
Publicar un comentario