Considerado como el álbum que llevó al thrash metal al primer plano musical, “Kill ‘em all” es uno de los discos más interesantes en la carrera de METALLICA, sólo igualado por “Master of puppets”. No obstante, el hecho de ser el primer disco de la banda y la ruptura que supuso con respecto a lo que hasta ese momento había sido el thrash, hacen que “Kill ‘em all” sea el elegido para aparecer en este blog.
Era 1983 y en esa época el thrash apenas empezaba a asomar su cabeza, cuando “Kill ‘em all” rompió todos los esquemas y consiguió lo imposible: llevar a dicho estilo musical a lo más alto del panorama musical.
Una de las claves para entender lo que supuso “Kill ‘em all” son las guitarras. El sonido de la guitarra rítmica de JAMES HETFIELD se convirtió en seña de identidad de la banda, con unos riffs tremendos, pesados y sucios, mezclando influencias más clásicas de otras bandas heavies como BLACK SABBATH, JUDAS PRIEST o IRON MAIDEN, con variaciones más vanguardistas, consiguiendo actualizar definitivamente el sonido del thrash.
Por su parte, la guitarra principal y solista de KIRK HAMMETT impuso su ley, su estilo y su forma de concebir los solos de guitarra, hasta tal punto que son innumerables los guitarristas posteriores que reconocen estar directamente influidos por el sonido y la forma de tocar de HAMMETT.
La batería poderosa de LARS ULRICH, a menudo compleja y elaborada, junto con el innovador estilo al bajo del malogrado CLIFF BURTON, completaban una formación histórica, referencia fundamental en la historia del metal internacional.
METALLICA llegaron a la cumbre del thrash, consiguiendo cotas de éxito y calidad no igualadas por ninguna otra banda. Quizás lo más curioso sea que no necesitaron acelerar todos sus temas hasta la extenuación para transmitir esa energía brutal, esa rabia sin límites, sino que lo hicieron a base de técnica instrumental y un sonido apabullante.
Ni siquiera la voz, aun sonando potente y desgarrada, llegaba a los extremos infernales que otras bandas se empeñaron en alcanzar. Se apreciaba una armonía dentro de toda la distorsión y el paroxismo instrumental, lo cual hacía que la escucha de “Kill ‘em all” no se convirtiera en una tortura a los dos temas, sino al contrario, fue y sigue siendo un disco muy agradable de escuchar, en el que los matices se encuentran a cada nueva escucha, con unas dosis de virtuosismo instrumental considerables y esa energía omnipresente desde el primer al último tema.
Es, sin duda, uno de los mejores discos de debut que jamás haya tenido cualquier grupo de rock en la historia. Comparable a joyas del calibre de “Boston”, “Led Zeppelin I”, “This was” o “Tubular bells”, por poner algunos ejemplos.
Su grandeza, apreciada aún más con el paso de los años, perdura y sigue intacta, mostrándose aún como piedra angular del thrash metal y del metal en general, a nivel internacional. Su aura de disco legendario se incrementa aún más si tenemos en cuenta que el que fuese miembro de METALLICA en sus inicios, DAVE MUSTAINE, participa en la composición de cuatro temas del álbum.
No llegó a aparecer en el mismo, ya que fue despedido por culpa de su adicción a la bebida y a las drogas, pero su forma de tocar la guitarra fue fundamental para darle a METALLICA ese sonido distintivo que los hizo triunfar en todo el mundo.
Posteriormente, MUSTAINE formaría MEGADETH y conseguiría el reconocimiento y éxito que merecía. Uno de los temas más destacables de “Kill ‘em all” es “Whiplash”, que responde a los tópicos típicos del thrash: voz desgarrada, velocidad acelerada, distorsión inmisericorde y riffs endiabladamente rápidos que conducen a un solo desenfrenado. “Seek & destroy” es uno de los temas de corte más clásico, en el que más se aprecian las influencias de las bandas históricas citadas al principio.
Decir que “Kill ‘em all” es un grandísimo disco es poco. Se trata de una obra maestra incuestionable, de un álbum cuya existencia ha sido capital para la evolución del thrash metal. Si no se hubiera publicado, nada habría sido igual. Era necesario ese cambio, esa demostración de grandeza y de maestría, pero también de honestidad y humildad .
Fue un ejemplo de que la grandilocuencia no tiene por qué ser la única apuesta musical. En aquella época, METALLICA llevaron a la calle un sonido tan difícil y estridente como el thrash y consiguieron el reconocimiento unánime de público y crítica.
Una de las claves para entender lo que supuso “Kill ‘em all” son las guitarras. El sonido de la guitarra rítmica de JAMES HETFIELD se convirtió en seña de identidad de la banda, con unos riffs tremendos, pesados y sucios, mezclando influencias más clásicas de otras bandas heavies como BLACK SABBATH, JUDAS PRIEST o IRON MAIDEN, con variaciones más vanguardistas, consiguiendo actualizar definitivamente el sonido del thrash.
Por su parte, la guitarra principal y solista de KIRK HAMMETT impuso su ley, su estilo y su forma de concebir los solos de guitarra, hasta tal punto que son innumerables los guitarristas posteriores que reconocen estar directamente influidos por el sonido y la forma de tocar de HAMMETT.
La batería poderosa de LARS ULRICH, a menudo compleja y elaborada, junto con el innovador estilo al bajo del malogrado CLIFF BURTON, completaban una formación histórica, referencia fundamental en la historia del metal internacional.
METALLICA llegaron a la cumbre del thrash, consiguiendo cotas de éxito y calidad no igualadas por ninguna otra banda. Quizás lo más curioso sea que no necesitaron acelerar todos sus temas hasta la extenuación para transmitir esa energía brutal, esa rabia sin límites, sino que lo hicieron a base de técnica instrumental y un sonido apabullante.
Ni siquiera la voz, aun sonando potente y desgarrada, llegaba a los extremos infernales que otras bandas se empeñaron en alcanzar. Se apreciaba una armonía dentro de toda la distorsión y el paroxismo instrumental, lo cual hacía que la escucha de “Kill ‘em all” no se convirtiera en una tortura a los dos temas, sino al contrario, fue y sigue siendo un disco muy agradable de escuchar, en el que los matices se encuentran a cada nueva escucha, con unas dosis de virtuosismo instrumental considerables y esa energía omnipresente desde el primer al último tema.
Es, sin duda, uno de los mejores discos de debut que jamás haya tenido cualquier grupo de rock en la historia. Comparable a joyas del calibre de “Boston”, “Led Zeppelin I”, “This was” o “Tubular bells”, por poner algunos ejemplos.
Su grandeza, apreciada aún más con el paso de los años, perdura y sigue intacta, mostrándose aún como piedra angular del thrash metal y del metal en general, a nivel internacional. Su aura de disco legendario se incrementa aún más si tenemos en cuenta que el que fuese miembro de METALLICA en sus inicios, DAVE MUSTAINE, participa en la composición de cuatro temas del álbum.
No llegó a aparecer en el mismo, ya que fue despedido por culpa de su adicción a la bebida y a las drogas, pero su forma de tocar la guitarra fue fundamental para darle a METALLICA ese sonido distintivo que los hizo triunfar en todo el mundo.
Posteriormente, MUSTAINE formaría MEGADETH y conseguiría el reconocimiento y éxito que merecía. Uno de los temas más destacables de “Kill ‘em all” es “Whiplash”, que responde a los tópicos típicos del thrash: voz desgarrada, velocidad acelerada, distorsión inmisericorde y riffs endiabladamente rápidos que conducen a un solo desenfrenado. “Seek & destroy” es uno de los temas de corte más clásico, en el que más se aprecian las influencias de las bandas históricas citadas al principio.
Decir que “Kill ‘em all” es un grandísimo disco es poco. Se trata de una obra maestra incuestionable, de un álbum cuya existencia ha sido capital para la evolución del thrash metal. Si no se hubiera publicado, nada habría sido igual. Era necesario ese cambio, esa demostración de grandeza y de maestría, pero también de honestidad y humildad .
Fue un ejemplo de que la grandilocuencia no tiene por qué ser la única apuesta musical. En aquella época, METALLICA llevaron a la calle un sonido tan difícil y estridente como el thrash y consiguieron el reconocimiento unánime de público y crítica.
Tracklist
Hit the Lights, The Four Horsemen, Motorbreath, Jump in the Fire, (Anesthesia) Pulling Teeth, Whiplash, Phantom Lord, No Remorse, Seek & Destroy, Metal Militia
Músicos -Cliff Burton: Bajo
-Kirk Hammett: Guitarras
-James Hetfield: Guitarras, Vocales
-Lars Ulrich: Batería
Metallica "Kill ´Em All" (1983)
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