Un trabajo crítico desde el corazón mismo de la escritura, algo que muy pocos pueden hacer. El crítico es un lector ideal, más atento tal vez, y que se ofrece a actuar de intermediario elocuente entre el autor y otros posibles lectores. Pero además, la escritura se origina en la lectura, se escribe porque otros antes que nosotros han escrito, y se lee porque otros antes que nosotros han leído.
Lectura y escritura constituyen un proceso continuo y creador. El título informa sobre el análisis y maduración para la expresión de la opinión crítica. Si se lee con la pluma en la mano, y se sigue el texto a través de las páginas, de las frases, de las palabras, podemos recobrar el movimiento propio de la escritura, que no obedece a ninguna idea preconcebida, ni a una preocupación por el equilibrio cuidadosamente estudiado, sino a un impulso misterioso, inaprensible. El secreto de la escritura se halla en su automatismo, incluso cuando el autor cree dominarlo
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