16.1.20

Enrique Vila-Matas "Entrevista a Marlon Brando" Fotogramas 1964

Vila-Matas le ofreció a la editora de la publicación una entrevista exclusiva con el actor. Lo que no aclaró era que no se manejaba con el idioma, razón por la cual buscó una solución de lo más práctica: inventar la entrevista de cabo a rabo. “Yo no quería que supieran que no sabía inglés y acababa de encontrar mi primer trabajo –contó el autor en una conferencia–. No me atrevía a decirle a la directora (de la revista) y me inventé toda la entrevista con él (Brando). Y me quedé muy contento”.La publicación salió firmada con el seudónimo Mary Holmes (nombre con el que escribía Vila-Matas en ese medio).
Lo que sorprendió al escritor fue una conversación que escuchó en un bar en Barcelona, al poquito tiempo de que las rotativas escupieran la nota impresa. “Escuché una conversación de dos artistas –rememora Vila-Matas–. Uno era Jaime Gil de Biedma, que le dijo a su compañero de mesa: ‘¿Has leído las tonterías increíbles que dice Marlon Brando en la entrevista que le hicieron para Fotogramas?’. Y me molestó muchísimo”.

Una década después, el mismo autor hizo un mea culpa y ofreció “la entrevista verdadera” a la revista Dezine, de Madrid. “Al salir publicada –cuenta el autor de París no se acaba nunca–, la editora de Fotogramas se enteró de que me había inventado la primera entrevista. Lo tremendo de esta segunda versión que publiqué es que también estaba inventada. Así que me propuse cada 10 años decir que iba a publicar la verdadera entrevista con Marlon Brando”.

El estilo de Enrique Vila-Matas es particular: se vale mucho de citas (la mayoría de las veces, sino todas, modificadas por él mismo, o “mejoradas”). Con el tiempo, el juego que proponía en su literatura se convirtió en un rasgo distintivo, pero en esos primeros años, lo de Marlon Brando fue todo un escándalo. De hecho, al poco tiempo el escritor también tuvo oportunidad de entrevistar a Salvador Dalí. “Fui con 10 preguntas muy preparadas y hay fotografías para corroborar que hice la entrevista realmente –cuenta con asombro–. Pero empezaron a dudar si sería inventada porque Dalí en ese momento no concedía entrevistas. Con el tiempo pasó que un artista hizo una retrospectiva del pintor y llamó a la Fundación Dalí para pedir la entrevista y le contestaron que no se la podían facilitar porque estaba inventada”.

En la entrevista a Brando, el protagonista de El Padrino decía, entre otras cosas, que había decidido dejar el cine para luchar por un mundo mejor. Que de ahí en adelante se dedicaría a dar conferencias denunciando la estupidez de los hombres. Y que había un complot para acabar con su vida. ¿Quiénes lo buscaban? Ni más ni menos que quienes habían asesinado a Martin Luther King y John Fitzgerald Kennedy. Además, Brando “declaraba” su odio a los hippies y el miedo que le tenía a su propio padre. Para cerrar, hablaba de escritores que probaron suerte en la meca del cine y “remataba”: “Los guiones buenos y originales son casi tan raros en Hollywood como las vírgenes”.

Consultado sobre si este episodio no le había traído problemas, Vila-Matas contestó: “Al contrario. Una vez tuve que encontrarme con Anthony Burguess. Para entonces ya sabía algo más de inglés, aunque no lo suficiente como para entrevistarle. Y allí estaba yo, en el Ritz de Madrid, con otros seis o siete periodistas esperando a que llegara nuestro turno. Cuando anunciaron mi nombre, me senté a su mesa y le dije que para ahorrar tiempo ya había escrito la entrevista de antemano. ‘Me parece fantástico, llevo toda la mañana de entrevistas y no he tenido ni un minuto de descanso para tomar un trago. ¿Le apetece un gin tonic?’ me dijo Burguess”.

Pero el caso de Brando fue sólo uno de los que se conocieron, más adelante Vila-Matas confesaría que salirse con la suya lo animó tanto que en la misma revista y en otras inventó entrevistas con Nureiev, Cornelius Castoriadis y algunos hombres más. “En la mayoría de los casos conté con la aprobación de los entrevistados. En el caso de Brando, desde luego que no. Está claro que Brando no ha tenido suerte en esta vida con las entrevistas. Pero se lo merece. ¿Acaso no ha sido el actor de la historia del cine que más se ha negado a ser entrevistado?”, bromeó el autor catalán.

¿Es un método válido hacer ficción con la realidad? ¿Habría sido beneficiado por la indulgencia aquel joven periodista de no convertirse en un escritor de culto? ¿Se trató efectivamente de un engaño o de una picardía juvenil para ver si funcionaba? La respuesta está en el cristal con que cada uno lo vea. Mientras, vale la pena buscar y leer la entrevista.




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