Con Ficciones Borges reinventó el modo de escribir y de leer. Los textos de Borges siempre propician no solo un gozo estético para el lector, sino que suponen un ejercicio de inteligencia que agranda nuestra visión de la realidad, y, por extensión, de nosotros mismos. De los dieciséis relatos, me quedo con Tlön, Uqbar, Orbis Tertuis (interesante cosmovisión del mundo con aportaciones de la filosofía idealista), Pierre Menard, autor del Quijote (un relato ensayístico sobre la interpretación temporal del lenguaje), Las ruinas circulares (el cuento sugiere temas como el regreso del infinito, la leyenda del Golem y el proceso de creación –literaria–), La lotería en Babilonia (donde aborda el azar, el caos social y el valor de la democracia)
La biblioteca de Babel (la especulación de un universo compuesto de una biblioteca de todos los libros posibles, en la cual sus libros están arbitrariamente ordenados, o sin orden, y preexiste al hombre), Funes el memorioso (según Borges, esta pieza literaria es “una larga metáfora del insomnio”, donde el protagonista sufre de hipermnesia, un síntoma del síndrome del sabio, es decir, no tenemos la capacidad de olvidar muchas cosas con las que no podríamos vivir si las recordamos a diario; muchos críticos han visto en este relato una referencia a los postulados del filósofo inglés John Locke y, de manera menos directa, a la obra de Friedrich Nietzsche) y El sur (en el prólogo, el mismo Borges dice que El sur es “acaso mi mejor cuento” no solo por los muchos rasgos autobiográficos, sino porque ha logrado combinar varios de sus temas predilectos: el sueño, el destino, el tiempo y la muerte del personaje).
Este es un libro al que volver. Decía Bolaño que había que “releerlo otra vez”. Seguro que no le he sacado todo el jugo y seguro que en futuras relecturas exprimo más algunos cuentos, a otros les daré otra lectura y en algunos pocos descubriré su verdadero significado. No es fácil leer a Borges. Su universo es muy completo y complejo. Parece que todo se resume en un laberinto, un espejo y una enciclopedia, pero detrás de estos conceptos hay toda una obra sublime.
Bloom tiene un capítulo en su obra Cómo leer y por qué en el que se detiene a entender la profundidad de la obra borgiana (creo que antes de seguir con él voy a detenerme en esta obra) y a mí me sigue pareciendo inabarcable. Sea como fuere, hay que leer al gran maestro argentino. Y hay que dedicarle toda nuestra atención porque cuando realmente adquiere significado un relato de Borges es cuando lo lees detenidamente y pones todos tus conocimientos previos al servicio de la lectura. Borges obliga a esforzarse, Borges nos mejora como lectores y como personas. Dice Vargas Llosa que “Borges es el escritor en español más importante desde Cervantes”, pues rindámosle el merecido homenaje concentrándonos en su lectura. Aunque cueste. Porque si cuesta, merece la pena. Y Borges claro que merece la pena.
Bloom tiene un capítulo en su obra Cómo leer y por qué en el que se detiene a entender la profundidad de la obra borgiana (creo que antes de seguir con él voy a detenerme en esta obra) y a mí me sigue pareciendo inabarcable. Sea como fuere, hay que leer al gran maestro argentino. Y hay que dedicarle toda nuestra atención porque cuando realmente adquiere significado un relato de Borges es cuando lo lees detenidamente y pones todos tus conocimientos previos al servicio de la lectura. Borges obliga a esforzarse, Borges nos mejora como lectores y como personas. Dice Vargas Llosa que “Borges es el escritor en español más importante desde Cervantes”, pues rindámosle el merecido homenaje concentrándonos en su lectura. Aunque cueste. Porque si cuesta, merece la pena. Y Borges claro que merece la pena.
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