1.8.20

Julio Cortázar "Cuentos inolvidables"

"¿No es verdad que cada uno tiene su colección de cuentos? Yo tengo la mía...". Así se pronunció Julio Cortázar en una conferencia que llamó "Algunos aspectos del cuento" y en muchas otras oportunidades manifestó su admiración por ciertos cuentos que le resultaban inolvidables.

Es fácil imaginar la escena: Cortázar sentado en un escenario formalmente engalanado para la ocasión, hablando pausadamente y tratando de encontrarle postura a sus larguísimas piernas debajo de la mesa. Todo frente a un público silencioso y ansioso por escuchar esa fabulosa lista que todos veían venir. Y llegó: "Yo tengo la mía, y podría dar algunos nombres", dijo Cortázar. Y los dio. Fueron diez. Pero al final de la enumeración agregó: "y así podría seguir y seguir".

Carles Alvarez Garriga, prologador de la obra, sostiene que es plausible suponer que si Cortázar decidió no cerrar la lista de cuentos inolvidables que enunció en su conferencia, fue porque sabía que las listas entrañan provisionalidad, y un lector abierto a las novedades en casi todos los géneros no iba a atarse al compromiso de una nómina excluyente.

En torno a finales de la década de 1960, Cortázar dejó de ser el autor secreto que se había ido de Buenos Aires tras publicar un volumen de relatos que apenas leyeron cuatro afines al Surrealismo. Dejó de ser ese desconocido del gran público que pudo encerrarse a escribir su más célebre novela en el primer piso de una casa de París que había sido una caballeriza, al fondo de un patio arbolado que aún visita un pájaro migratorio, un día al año y todos los años. 

Cuando la fama lo alcanzó -está por verse si, como indicó Piglia, ése no fue su gran drama-, su parecer empezó a ser requerido en todos los debates. También -y he ahí el aspecto negativo- lo interrogaban día y noche sobre nimiedades, a tal punto que él mismo llegó a bromear diciendo que, de ir al cielo cuando muriera, seguramente San Pedro estaría esperándolo en la puerta con las mismas preguntas.

La lista de cuentos que publica Alfaguara en su antología fue conciliada a partir de lo mencionado en aquella famosa conferencia y en otras ofrecidas por Cortázar en el "apogeo de su autoridad intelectual". Por ejemplo, "Del cuento breve y sus alrededores", "Notas sobre lo gótico en el Río de la Plata" y "El estado actual de la narrativa Hispanoamericana".

Este lluvioso verano salteño, que se parece más a un cuento "macondiano" que a una cálida pintura de Gauguin, podría ser el tiempo propicio para acercarnos a la buena literatura recomendada por este genial autor. Pase sin golpear.


La lista recomendada

Tlön, Uqbar, Orbis Tertius - Jorge Luis Borges
William Wilson - Edgar Allan Poe
Un recuerdo navideño - Truman Capote
El puente sobre el río del Búho - Ambrose Bierce
La lección del maestro - Henry James
La muerte de Iván Ilich - León Tolstoi
Un sueño realizado - Juan Carlos Onetti
La casa inundada - Felisberto Hernández
Conejos blancos - Leonora Carrington
Extasis - Katherine Mansfield

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