Relata la aventura emprendida por Guido Mastorna, un violoncelista que parte en avión hacia un concierto en Florencia, viaje interrumpido cuando un fallo mecánico obliga al aparato a un aterrizaje de emergencia en un poblado nórdico.
Colaboró con ellos Brunello Rodi, guinista de la Dolve Vita. El resultado de semejante cóctel de talennto fue El viaje de Mastorna, guión de la película que Fellini nunca llegó a rodar pero que consideraba la quintaesencia de su filmogrrafía y que vació en sus siguientes trabajos. Se desconocen las razones por las cuales no llegó a rodar Mastorna.
La leyenda habla de un superticioso Fellini que soñó que moriría si llevaba a término esa película; en otras versiones es un vidente el portavoz de los malos presagios. Lo cierto es que en 1967, Fellini sufrió un colapso y que sin duda también influyeron los constantes desencuentros entre el realizador y su productor, Dino de Laurentiis.
Pero lo que todos ignoran es qué palabras escuchó Fellini al otro lado del teléfono cuando, en 1976, durante una reunión para retomar el proyecto Mastorna, recibió una llamada tras la cual canceló el rodaje para siempre. El viaje de MAstorna la mejor película de Fellini jamás rodada a punto estuvo, por sugerencia de un agorero Buzzati de titularse La Dolce Morte. Así fue como se diluyó esta maravillosa historia en el imaginario de este gigante del s.xx, que BackList recupera en esta nueva edición.
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