7.6.12

King Crimson "Red" (1974)

Tras cinco incansables e inestables años de historia de King Crimson, Red es el cierre de su primer periplo, que no etapa. Como ya indicaba la contraportada del disco, con el marcador del número siete en rojo, éste iba a ser el fin (afortunadamente, sólo fue una pausa de siete años) de la banda. Robert Fripp dijo justo antes de que se publicara el álbum, que King Crimson había dejado de existir: "... por tres razones.
La primera es que representa un cambio en el mundo (de la civilización de los dinosaurios a las unidades pequeñas, independientes, móviles e inteligentes). La segunda, mientras hubo una época en que consideré que formar parte de Crimson era la mejor educación liberal que un hombre joven podía recibir, ahora sé que no es así. Y tercera, las energías involucradas en el estilo de vida de la banda y de la música no son ya de valor para la forma en que vivo." 

Red fue compuesto premeditadamente con ese concepto de cierre, abarcando un poco de cada una de las épocas previas; con la imaginación de ITCOTCK, los toques jazz de Lizard, el preciosismo de Island, la complejidad de Lark's Tongues in Apic o la improvisación de directo de Starless and bible black. Aquí la alineación se reduce a trío, pero con colaboraciones fundamentales, especialmente las de los saxos de los ex-integrantes Collins y McDonald.

1.Red (Fripp)
2.Fallen Angel (Fripp, Wetton, Palmer-james)      
3.One More Red Nightmare (Fripp, Wetton)
4.Providence (Cross, Fripp, Wetton, Bruford)
5.Starless (Cross, Fripp, Wetton, Palmer-james)


1-  Red 

Uno de los temas más clásicos de la historia de King Crimson. Pura energía hard-rock, acordes disonantes ascienden con la batería de Buford redoblando para crear una melodía de guitarra distorsionada y agresiva que se va repitiendo. El bajo, también hiperdistorsionado, de Wetton ayuda a darle mayor profundidad a la música, creando una enorme bola de sonido eléctrico que se desgarra hasta llegar a los cambios de ritmo en los que la finura del bajo toma protagonismo.

En el interludio, los efectos de la guitarra crean una siniestra atmósfera que acompaña al sonido de cuerdas, que no tengo muy claro si es un violoncello o... ¿un melotrón?, que crea una melodía tétrica y grandiosa a la vez. Se reinicia la melodía principal como coda de este enorme tema en el que la fuerza del hard-rock está más presente que nunca pero con la complejidad de la armonía jazz. 

2-  Fallen Angel 

Un excepcional arreglo de vientos, que acompaña todo el tema, inicia esta canción que liga con la voz de un Wetton más lírico que nunca. Es la introducción a la melancólica y distorsionada guitarra de Fripp, que acompaña al desgarrador estribillo. El pasaje instrumental que continúa es armónicamente precioso, en el que se entrelazan las melodías de los vientos con las disonancias de la guitarra de Fripp y la fuerza y profundidad del bajo de Wetton. En todo momento, la batería de Bruford  acompaña con una elegancia incomparable, haciendo un placer de cada cambio de ritmo. La melodía inicial se reincorpora, volviendo la suavidad, hasta el estribillo que finaliza el tema de manera aún más desgarradora.

3-  One More Red Nightmare 

La fuerza rockera del tema inicial vuelve. Un inicio casi a modo de jam para darle juego al gran Bruford da paso de manera cortante al estribillo cantado por Wetton de manera más melódica. De esta manera, la jam y el estribillo se vuelven a cruzar para enlazar con una melodía de guitarra de Fripp. Ésta va progresando de manera cromática mientras la batería y el bajo acompañan hasta la entrada del saxo, que hace un primer solo hasta la vuelta de la melodía de la jam inicial. Por último, vuelve la melodía de Fripp a la que se le vuelve a adherir el saxo. El sólo final de este instrumento es impresionante, pone los pelos de punta. Todo un prodigio de sensibilidad, que sirve como final a este gran tema.

4-  Providence 

Herencia del álbum anterior, el trío actual más David Cross presentan una improvisación grabada en la gira de Starless and Bible black. El tema es de clara influencia jazz y de música sinfónica contemporánea. El comienzo es de Cross, con un violín que puede resultar siniestro e, incluso, desagradable. Lo más interesante llega cuando la base rítmica comienza, con un bruford sensacional y Wetton como líder de la improvisación. Fripp y Cross se van alternando como cabezas “melódicas” del tema de manera agresiva, sobre todo Fripp.

Éste lleva los momentos más rítmicos, imaginativos y variados de la pieza hasta la nueva entrada de Cross que, como coda, cierra este tema. El comienzo puede resultar pesado, pero conforme entra la hiperactiva sección rítmica el tema gana muchísimo, es riquísima en detalles rítmicos tanto por parte de Bruford como de Wetton, que se convierte en voz cantante (con el bajo, claro).

5-  Starless 

Demasiado defícil describir un tema así. Su perfección es tal, que ni la mejor prosa podría mostrar la esencia de su profundidad... de su belleza. El melotrón, como suele pasar en los grandes temas de King Crimson, se adueña del comienzo del tema, le proporciona la atmósfera, el color, la sensibilidad. Con ese ambiente: melancólico, que puede resultar hasta inquietante, la guitarra de Fripp entra. Aquí no hay distorsiones, suena más cálida que nunca. Da la sensación de que, si la música se pudiera tocar, ese inicio de guitarra pediría que lo abrazaran.

Mientras tanto, Bruford aporta una batería que derrocha esa sensibilidad heredada de su formación jazz. Wetton entra cantando una melodía y una letra que explicita esa melancolía que ya sugería el inicio. El saxo ahonda en la calidez de la melodía, mientras sigue denotando tristeza con el cello por debajo, aportando una profundidad desgarradora.

El estribillo se detiene. Aparece el solo de guitarra que, de manera repetitiva sólo va variando cromáticamente sobre una genial base de bajo asincopado. La percusión entra progresivamente, aportando una riqueza rítmica impresionante al tema. Así, bajo este mismo esquema, la guitarra va cogiendo fuerza, y con ella bajo y batería.

Llega un cambio de ritmo en el que la guitarra va ascendiendo de forma progresiva en intensidad y tono hasta llegar al auténtico clímax, en el que el saxo... explota. Un solo magistral, de cuyo nivel hay pocos en la historia del rock, va progresando hasta un punto en el que entra el otro saxo, el alto, y junto con  el exquisito juego de platos de la batería de Bruford crean una bellísima melodía que, literalmente, revienta con las notas del cierre del estribillo mediante la guitarra y el saxo soprano

Otro brutal acompañamiento rítmico lleva en volandas a una más brutal aún guitarra desbocada, que empalma de nuevo con el saxo. Éste retoma la melodía principal, el bajo coge protagonismo haciendo un contrapunto mientras el melotrón vuelve para acoger el final como se merece, con una apoteosis de sensibilidad, hasta que las notas se desvanecen.

El Rey ha hablado.

Integrantes: 
Robert Fripp: Guitarra y melotrón
John Wetton: Bajo y voz
Bill Bruford: Batería y percusiones

Colaboradores: 
David Cross: Violín
Mel Collins: Saxo soprano
Ian McDonald: Saxo alto
Marc Charig: Corneta
Green Genes ovoe

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