Los protagonistas masculinos de las novelas de Roth deben de ser los que más piensan en el sexo de toda la historia de la literatura. Entre ellos, el adolescente Alexander Portnoy, que nos cuenta el uso recreativo que se puede dar a un pedazo de carne de hígado, se lleva sin duda la matrícula de honor.
Esta es la novela que convirtió a Philip Roth en un escritor famoso. Fue publicada en 1969, cuando el autor tenía 36 años, en plena época del movimiento hippy, las protestas contra la guerra de Vietnam y un cierto desmoronamiento de lo que se había dado en llamar el sueño americano.
La novela es el relato de las sesiones de Alexander Portnoy con su psiquiatra. El problema de Portnoy es su estricta educación judía, de la que se ha encargado su madre. Ello ha ocasionado que tenga continuos problemas de conciencia, sobre todo en lo que se refiere al sexo.
Y claro lo que sucede es que la acción transcurre en un momento de explosión de la liberación sexual, sobre todo en la Universidad, pero en general en todos los ambientes juveniles. En claro contraste con la densidad dramática de los libros de los últimos años, Roth hace aquí un alarde de comicidad.
Es el suyo un humor cáustico, que no deja títere con cabeza respecto del judaísmo norteamericano, sus tradiciones y sobre todo su forma de ver el país y la vida en general. Y hay sexo dominándolo todo. Pero sexo con frecuencia culpable, reprimido moralmente aunque sea desbordante en lo físico.
El libro contiene escenas de enorme hilaridad, aunque el trasfondo tenga un claro poso de amargura marca de la casa. El mal de Portnoy (hasta hace unos años, la traducción al español del título era El lamento de Portnoy) es la consecuencia lógica de la anterior novela de Roth,
‘Cuando ella era buena’, otro relato divertido y atroz al mismo tiempo, sobre la vida en EE UU en los años en que se juntaron todas las revoluciones sexuales y culturales. Antes de adentrarse en la enorme densidad de sus obras de madurez, esta novela de Philip Roth es un magnífico punto de entrada al autor
La novela es el relato de las sesiones de Alexander Portnoy con su psiquiatra. El problema de Portnoy es su estricta educación judía, de la que se ha encargado su madre. Ello ha ocasionado que tenga continuos problemas de conciencia, sobre todo en lo que se refiere al sexo.
Y claro lo que sucede es que la acción transcurre en un momento de explosión de la liberación sexual, sobre todo en la Universidad, pero en general en todos los ambientes juveniles. En claro contraste con la densidad dramática de los libros de los últimos años, Roth hace aquí un alarde de comicidad.
Es el suyo un humor cáustico, que no deja títere con cabeza respecto del judaísmo norteamericano, sus tradiciones y sobre todo su forma de ver el país y la vida en general. Y hay sexo dominándolo todo. Pero sexo con frecuencia culpable, reprimido moralmente aunque sea desbordante en lo físico.
El libro contiene escenas de enorme hilaridad, aunque el trasfondo tenga un claro poso de amargura marca de la casa. El mal de Portnoy (hasta hace unos años, la traducción al español del título era El lamento de Portnoy) es la consecuencia lógica de la anterior novela de Roth,
‘Cuando ella era buena’, otro relato divertido y atroz al mismo tiempo, sobre la vida en EE UU en los años en que se juntaron todas las revoluciones sexuales y culturales. Antes de adentrarse en la enorme densidad de sus obras de madurez, esta novela de Philip Roth es un magnífico punto de entrada al autor
[Versión Kindle]
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