Surgidos allá por el año ´84 aproximadamente, cuando el indie y after punk británico gozaban de plena salud, unos jóvenes e inexpresivos escoceses se hallaban a punto de hacer historia, y como suele suceder en estos casos, Jim y William Reid no tenían la más pálida idea de ello.
Presentados hasta el hartazgo como una mezcla de los Velvet Underground con los Beach Boys, The Jesus and Mary Chain son en realidad mucho más que eso, aunque tal definición resulta práctica a efectos de resumir el sonido del disco, la combinación perfecta entre una exasperante disonancia instrumental (guitarras saturadas, feedbacks, acoples, efectos, ecos, etc.) y unas nítidas melodías vocales que transmiten una engañosa apariencia popera, pero que provienen en realidad de ese rasgo abúlico y soso tan propio de los hermanos Reid, materializado en unas voces muy calmas e introvertidas.
El disco transita entre pasajes instrumentales que crispan los nervios y otros que conmueven, y en el mejor de los casos ambos. Dentro de las primeros, es decir aquellas canciones que realmente pueden llegar a incomodar al oyente, tenemos a The Living End, Taste the Floor, In a Hole, My Little Underground, You Trip Me Up, Inside Me, Something´s Wrong, It´s So Hard y el único single y video promocional del disco, el clásico Never Understand, auténticas murallas de distorsión y feedback guitarrero que probablemente han roto más de un tímpano en directo.
Aquí encontramos una banda asumiendo riesgos (propio de quienes buscan estar a la vanguardia, o como es el caso de los Reid, consecuencia de una completa falta de interés por lo musicalmente correcto), haciendo de su principal recurso melódico aquello que la mayoría de los músicos tratan de evitar (acoplar, desafinar, saturar y ese tipo de cuestiones), y lo más destacable radica en el criterio armónico exhibido;
The Jesus and Mary Chain es el grupo que mejor supo explotar tales conceptos avocándolos siempre a la creación de grandes canciones, tan grandes que hicieron de esta banda uno de los máximos y mejores referentes de la escena noise (y de la escena alternativa británica en general), y de este disco un clásico atemporal.
El disco transita entre pasajes instrumentales que crispan los nervios y otros que conmueven, y en el mejor de los casos ambos. Dentro de las primeros, es decir aquellas canciones que realmente pueden llegar a incomodar al oyente, tenemos a The Living End, Taste the Floor, In a Hole, My Little Underground, You Trip Me Up, Inside Me, Something´s Wrong, It´s So Hard y el único single y video promocional del disco, el clásico Never Understand, auténticas murallas de distorsión y feedback guitarrero que probablemente han roto más de un tímpano en directo.
Aquí encontramos una banda asumiendo riesgos (propio de quienes buscan estar a la vanguardia, o como es el caso de los Reid, consecuencia de una completa falta de interés por lo musicalmente correcto), haciendo de su principal recurso melódico aquello que la mayoría de los músicos tratan de evitar (acoplar, desafinar, saturar y ese tipo de cuestiones), y lo más destacable radica en el criterio armónico exhibido;
The Jesus and Mary Chain es el grupo que mejor supo explotar tales conceptos avocándolos siempre a la creación de grandes canciones, tan grandes que hicieron de esta banda uno de los máximos y mejores referentes de la escena noise (y de la escena alternativa británica en general), y de este disco un clásico atemporal.
1. Just Like Honey
2. The Living End
3. Taste the Floor
4. The Hardest Walk
5. Cut Dead
6. In a Hole
7. Taste of Cindy
8. Never Understand
9. Inside Me
10. Sowing Seeds
11. My Little Underground
12. You Trip Me Up
13. Something's Wrong
14. It's So Hard
15. Some Candy Talking
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