“Thick as a brick” ve la luz el 10 de marzo de 1972 en Gran Bretaña, editándose poco después, en abril de ese mismo año, en Estados Unidos. Lo primero que sorprende es la presentación del disco, original y atractiva, además de tremendamente ingeniosa. La portada del Lp es la portada de un periódico, el St. Cleve Chronicle, concretamente el número 1003 de los que supuestamente se llevarían editados.
Lógicamente, se trata de un diario imaginario, creado por el grupo para la ocasión. En dicha portada se ve lo que es la noticia principal del periódico, que no es otra que la descalificación del poema “Thick as a brick”, escrito por el niño de ocho años de edad Gerald Bostock, que había ganado el primer premio de una competición literaria patrocinada por la Society for Literary Advancement and Gestation (S.L.A.G.).
El motivo de la descalificación eran los cientos de protestas y amenazas recibidas después de que el poema fuese leído en la cadena de televisión BBC, por considerarlo obsceno y moralmente reprobable, además del consejo de una serie de psiquiatras infantiles que veían claros signos de desequilibrio en la mente de Bostock.
Al mismo tiempo, y como noticia adicional, aparece otra en la que se anuncia que Gerald Bostock habría dejado embarazada a una chica de 14 años de edad, aunque se duda de que un niño de su edad pueda hacer tal cosa. Con todos estos ingredientes se lanza al mercado una auténtica joya del rock, un disco completísimo, sencillamente perfecto en lo musical y en lo temático.
Las noticias que aparecen en esa primera plana del periódico, así como la relación entre ellas y la forma en la que están redactadas, dicen mucho de lo que significa este álbum, de su auténtico mensaje o “concepto”, que no es otro que el de la crítica sin tapujos de la hipocresía, el puritanismo llevado a sus extremos, las conflictivas relaciones entre generaciones diferentes dentro de una misma familia y de una misma sociedad, y la moral utilizada como pretexto para conseguir los más taimados objetivos.
De todo ello es de lo que nos habla “Thick as a brick” como disco conceptual, y resulta asombroso el modo tan inteligente que finalmente usó Ian Anderson para hacer llegar ese mensaje sin que se perdiese el tono burlón con el que decidió impregnar todo lo referente a la letra de este álbum.
Consiguió trasladar a los oyentes y a la sociedad en general un mensaje de plena actualidad y vigencia, consiguió meter el dedo en la llaga de una sociedad de arcaicos pilares basados en una moralidad y una forma de pensar y de concebir la realidad totalmente caducas, pero lo hizo de tal forma que nadie pudiera echárselo en cara o censurarle por ello.
Después de todo, era una broma, una enorme y bien montada broma, pero sin embargo, ahí estaba la denuncia, ahí estaba el dardo lanzado para hacer pensar al respecto. Un ataque sibilino a los estamentos más conservadores de la sociedad británica. Nadie ha sabido hacer algo así con tanta inteligencia, con tanta maestría, con tanto atrevimiento y, al mismo tiempo, de forma tan ingeniosa, creando tal cantidad de personajes y medios imaginarios para disfrazar sus intenciones.
Entre los detalles irónicos y críticos hacia la sociedad encontramos las mismas iniciales de la Sociedad Literaria que patrocinaba el concurso en el que se había premiado a Gerald Bostock: S.L.A.G. Esta palabra, “slag”, significa “escoria” en inglés, por lo que es una forma de sugerir cuál es uno de los objetivos que persigue el disco: criticar, poner en evidencia a una sociedad acomodada y manipuladora, que en lugar de dedicarse a la búsqueda y promoción del talento y la creatividad original, se esfuerza por corromper tales valores y atributos por el simple hecho de no ser coincidentes con la forma de pensar que dicha sociedad considera adecuada o de buen gusto.
Un ejemplo lo vemos en el hecho de que, en esa noticia de primera plana que aparece en el ficticio periódico, el poema de Gerald Bostock, al ser descalificado, permite que el primer premio vaya a otro, escrito por una niña de 12 años, y cuyo título es “He died to save the little children” (Murió para salvar a los niños pequeños), que simplemente ya por ese título deja claro que tiene que ser un poema políticamente y religiosamente mucho más correcto, sin importar que su temática no aporte nada original.
De igual manera, y en lo referente a la crítica que supone este disco hacia las relaciones entre generaciones diferentes en el seno de una misma familia o sociedad, es relevante el hecho de que la noticia del embarazo de una amiga de catorce años por Gerald Bostock es finalmente descartado por el doctor, ya que un chico de ocho años es demasiado joven para poder dejar embarazada a una chica.
Este detalle apunta hacia el desencuentro y la falta de entendimiento de los mayores con los jóvenes, ya que al pobre Gerald se le niega, incluso en los momentos más difíciles para él, la mera posibilidad de poder haber hecho algo que sólo se acepta en un adulto. Para una mayor aproximación al significado de la letra de este álbum, recomiendo la lectura del trabajo titulado “Jethro Tull, Progressive rock and thematic approach”, de Dave Morris, presentado en la Universidad de Rochester en la primavera de 2.000.
Es un trabajo muy interesante y excelentemente elaborado, que seguramente aclarará muchas cosas en lo referente a las interpretaciones que se pueden hacer de la letra de esta obra musical. De él he sacado estas dos últimas interpretaciones sobre el texto escrito por Ian Anderson.
“Thick as a brick” ya merecía la consideración de obra maestra simplemente leyendo las doce páginas de ese periódico que conformaba su portada, un periódico concebido y escrito en su totalidad por Ian Anderson, Jeffrey Hammond y John Evans, que tardaron bastante más tiempo en concebirlo, diseñarlo y escribirlo, que en componer, arreglar y grabar la música que conformaba el disco.
Sin duda, es una de las portadas más trabajadas de la historia del rock, una de las más originales y también una de las más inteligentemente realizadas. A día de hoy, el vinilo original, con el periódico a tamaño normal, es una pieza de coleccionista muy cotizada.
El motivo de la descalificación eran los cientos de protestas y amenazas recibidas después de que el poema fuese leído en la cadena de televisión BBC, por considerarlo obsceno y moralmente reprobable, además del consejo de una serie de psiquiatras infantiles que veían claros signos de desequilibrio en la mente de Bostock.
Al mismo tiempo, y como noticia adicional, aparece otra en la que se anuncia que Gerald Bostock habría dejado embarazada a una chica de 14 años de edad, aunque se duda de que un niño de su edad pueda hacer tal cosa. Con todos estos ingredientes se lanza al mercado una auténtica joya del rock, un disco completísimo, sencillamente perfecto en lo musical y en lo temático.
Las noticias que aparecen en esa primera plana del periódico, así como la relación entre ellas y la forma en la que están redactadas, dicen mucho de lo que significa este álbum, de su auténtico mensaje o “concepto”, que no es otro que el de la crítica sin tapujos de la hipocresía, el puritanismo llevado a sus extremos, las conflictivas relaciones entre generaciones diferentes dentro de una misma familia y de una misma sociedad, y la moral utilizada como pretexto para conseguir los más taimados objetivos.
De todo ello es de lo que nos habla “Thick as a brick” como disco conceptual, y resulta asombroso el modo tan inteligente que finalmente usó Ian Anderson para hacer llegar ese mensaje sin que se perdiese el tono burlón con el que decidió impregnar todo lo referente a la letra de este álbum.
Consiguió trasladar a los oyentes y a la sociedad en general un mensaje de plena actualidad y vigencia, consiguió meter el dedo en la llaga de una sociedad de arcaicos pilares basados en una moralidad y una forma de pensar y de concebir la realidad totalmente caducas, pero lo hizo de tal forma que nadie pudiera echárselo en cara o censurarle por ello.
Después de todo, era una broma, una enorme y bien montada broma, pero sin embargo, ahí estaba la denuncia, ahí estaba el dardo lanzado para hacer pensar al respecto. Un ataque sibilino a los estamentos más conservadores de la sociedad británica. Nadie ha sabido hacer algo así con tanta inteligencia, con tanta maestría, con tanto atrevimiento y, al mismo tiempo, de forma tan ingeniosa, creando tal cantidad de personajes y medios imaginarios para disfrazar sus intenciones.
Entre los detalles irónicos y críticos hacia la sociedad encontramos las mismas iniciales de la Sociedad Literaria que patrocinaba el concurso en el que se había premiado a Gerald Bostock: S.L.A.G. Esta palabra, “slag”, significa “escoria” en inglés, por lo que es una forma de sugerir cuál es uno de los objetivos que persigue el disco: criticar, poner en evidencia a una sociedad acomodada y manipuladora, que en lugar de dedicarse a la búsqueda y promoción del talento y la creatividad original, se esfuerza por corromper tales valores y atributos por el simple hecho de no ser coincidentes con la forma de pensar que dicha sociedad considera adecuada o de buen gusto.
Un ejemplo lo vemos en el hecho de que, en esa noticia de primera plana que aparece en el ficticio periódico, el poema de Gerald Bostock, al ser descalificado, permite que el primer premio vaya a otro, escrito por una niña de 12 años, y cuyo título es “He died to save the little children” (Murió para salvar a los niños pequeños), que simplemente ya por ese título deja claro que tiene que ser un poema políticamente y religiosamente mucho más correcto, sin importar que su temática no aporte nada original.
De igual manera, y en lo referente a la crítica que supone este disco hacia las relaciones entre generaciones diferentes en el seno de una misma familia o sociedad, es relevante el hecho de que la noticia del embarazo de una amiga de catorce años por Gerald Bostock es finalmente descartado por el doctor, ya que un chico de ocho años es demasiado joven para poder dejar embarazada a una chica.
Este detalle apunta hacia el desencuentro y la falta de entendimiento de los mayores con los jóvenes, ya que al pobre Gerald se le niega, incluso en los momentos más difíciles para él, la mera posibilidad de poder haber hecho algo que sólo se acepta en un adulto. Para una mayor aproximación al significado de la letra de este álbum, recomiendo la lectura del trabajo titulado “Jethro Tull, Progressive rock and thematic approach”, de Dave Morris, presentado en la Universidad de Rochester en la primavera de 2.000.
Es un trabajo muy interesante y excelentemente elaborado, que seguramente aclarará muchas cosas en lo referente a las interpretaciones que se pueden hacer de la letra de esta obra musical. De él he sacado estas dos últimas interpretaciones sobre el texto escrito por Ian Anderson.
“Thick as a brick” ya merecía la consideración de obra maestra simplemente leyendo las doce páginas de ese periódico que conformaba su portada, un periódico concebido y escrito en su totalidad por Ian Anderson, Jeffrey Hammond y John Evans, que tardaron bastante más tiempo en concebirlo, diseñarlo y escribirlo, que en componer, arreglar y grabar la música que conformaba el disco.
Sin duda, es una de las portadas más trabajadas de la historia del rock, una de las más originales y también una de las más inteligentemente realizadas. A día de hoy, el vinilo original, con el periódico a tamaño normal, es una pieza de coleccionista muy cotizada.
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