28.3.19

Manuel Vilas "Los inmortales" 2012

"Os recuerdo que los hombres y las mujeres morían, es decir, desaparecían de la realidad después de vivir unos pocos años, cantidades de tiempo insignificantes." Año 22011.
Un texto provocador, iconoclasta y delirante, en el que hace uso del absurdo con la misma intención transgresora y de afirmación de libertad con que lo hicieron, en su momento, los surrealistas. Se vale para ello de las anacrónicas peripecias que despliegan diversos mitos de la cultura occidental, cuya persistencia como tales, a lo largo del tiempo, les otorga el merecido calificativo de inmortales; y de algunos recursos característicos, como el de colocar las marcas más conocidas y los iconos mediáticos más intocables a un mismo nivel de uso, con el mismo valor de cambio

Así, a través de fragmentos independientes, asistiremos a la quijotesca misión del inmortal Saavedra empeñado en deshacerse de posibles rivales inmortales, o a las conversaciones que mantiene con Robespierre y Kafka antes de que estos pasen a mejor vida, e incluso a su actuación como intérprete en la histórica entrevista de Hendaya. Pero también podremos acompañar, junto a la Madre Teresa de Calcuta, a un Juan Pablo II entusiasta de las grandes superficies; o a la pareja Picasso-Van Gogh que, disfrazados de Elvis, asisten en París a una fiesta muy especial; e incluso presenciar el diálogo que mantienen Dante y Neruda con un fantasmal holograma de Joyce, o la irreverente entrevista entre el propio Vilas y el rey Juan Carlos.

Y como culminación, estos y otros personajes, tanto mortales como inmortales, se prepararán para la segunda venida del Arcángel San Gabriel desde una remota galaxia. Vilas, además, quiere contrastar aquellos desinhibidos testimonios de inmortalidad, con la actitud grave e irritada de los descendientes de nuestra raza, verdaderos inmortales que han descubierto los mencionados fragmentos en un manuscrito perdido. Imposible no acordarse, ante todo este despliegue irónico y futurista, de la imprescindible obra de Kurt Vonnegut.

Pero no es Vilas un francotirador aislado, va arropado, en su tarea de socavar toda ortodoxia, por sus colegas ‘nocilleros’, término que algunos usan para referirse a los miembros de la corriente literaria conocida como ‘narrativa mutante’, como Fernández Mallo, Juan Francisco Ferré, Javier Moreno, Javier Calvo o Rodrigo Fresán entre otros (aunque el teórico del ‘movimiento’, Vicente Luis Mora, prefiere distinguir entre ‘mutantes’ y ‘pangeicos’), corriente que es tachada, por la referida ortodoxia, de vacía, inconsistente e inane.

Y si bien es cierto que una acumulación de disparatados gags no sustenta una narración, no lo es menos que la búsqueda de nuevos lenguajes y el cuestionamiento de arraigados dogmas pueden justificar un texto.

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