29.9.13

King Crimson "Discipline" (1981)

Adiós mellotron. Bienvenidos al rock gamelán.Estamos en 1981, Tenemos a cuatro músicos con ganas, uno se había des-saturado durante años tomándoselo todo con mucha filosofía; otro había dado rienda suelta a su creatividad con un continuo trabajo no sólo como reputado batería sino también como líder-compositor de su propia banda; otro venía de destacar en las bandas de Bowie, Zappa y Talking Heads, y otro por fin formaba parte de un grupo oficialmente tras pasar por la banda de Alice Cooper (con greñas en la película Welcome To My Nightmare), Herbie Mann y Peter Gabriel... y John Lennon!! Ninguno de ellos llega muy quemado, cosa buena por cierto,
Desde la primera escucha uno se da cuenta que ahí está pasando algo raro. La música suena compleja pero a la vez tiene una sección rítmica que la hace eso, rítmica. Rítmica constantemente. De hecho cualquier tipo de prejuicio que se pueda tener acerca de que un miembro del grupo toque ciertas figuraciones con un patrón métrico númérico distinto al de otro a la vez esta gente te lo borra de inmediato.

Es como si te estuviesen diciendo… ‘Toma! Ahí te va’. Parece bailable, pero más qué bailable lo que tiene es que es más fácil de asimilar y transmite un ritmo asequible al oyente. El que nunca baila no se va a poner a bailar, pero seguro que hay peña que sí.

Ya no hay mellotrones en King Crimson, pero ¿qué es eso del stick? ¿Y el cantante? Le debe de gustar David Byrne. Esas letras no tienen nada que ver ni con Peter Sinfield ni con Richard Palmer-James . Suena realmente fresco. Una guitarra ocupa los silencios de la otra, el stick y la batería hacen rollos que nunca habían sonado así antes, (dicho de manera general y simple) 

El fan de King Crimson, sorprendido con semejante sonido tan distinto al final de Starless, no le queda más remedio que dejarse convencer con uno de los discos más míticos de la década de los 80. 

Es muy importante hablar de las reglas/sugerencias que Robert Fripp le propuso a Bill Bruford:
-      Cualquier solución existente para un problema es la incorrecta; absolutamente, obsoletamente.
-      Si tienes una idea, no la toques.
-      Cuando un cambio en la música necesite énfasis, no lo toques; el cambio en la música es énfasis suficiente ya.
-      No frasees con otro miembro de la banda a menos que la parte sea así.
-      Frasear dentro de una parte no debería de incluir a más de dos personas.
-      Si la tensión en la música necesita énfasis, no lo hagas. La tensión está ahí por lo que estás tocando, no por lo que vas a tocar.
-      Si realmente tienes que cambiar tu parte para añadir tensión, no la añadas; déjalo.
-      La máxima tensión que puedes añadir es parar por completo.
-      Si hay un hueco para un ‘drum-fill’ (relleno) que lo demanda la música, no lo toques; hay otros tres músicos a los que les gustaría aprovechar esa oportunidad.
-      Si la parte que estás tocando es aburrida, deja de escucharla con la cabeza.
-      Si todavía te aburre, escucha la interacción entre las partes.
-      Si aún así te aburre, deja de tocar y espera hasta que ya no estes aburrido.
-      No seas dramático.
-      No tengas miedo de repetirte.
-      No tengas miedo de tomarte tu tiempo

Todo esto está sacado del scrapbook de ‘The Essential King Crimson’. Luego Fripp le da la vuelta al tono negativo y propone

-      Repítete.
-      Tómate tu tiempo.
-      Abandona la habitación.
-      Escucha a todos los demás.
-      Desarrolla un nuevo set de clichés.
-      Desarrolla un nuevo vocabulario de sonidos de batería.
-      Escucha el sonido de lo que tocas.
-      Acepta la responsabilidad de lo que estás tocando; si rellenas un espacio, privas a la banda de espacio, o a otro músico de que lo rellene él.
-      Abandona los fills.
-      Abandona el drama.
-      Abandona la dinámica.
-      Aíslate (conceal yourself,)

A pesar de todo lo que se pueda haber dicho del carácter de Robert Fripp, y éste es un buen ejemplo, me parece que sus ideas son tremendamente consecuentes y que si él no hubiese sido así, su música hubiese dejado de ser tal y como la conocemos. El resultado de tanta paranoia detallista está ahí, y no parece nada malo. Algo así como ocurre con Frank Zappa, ese defecto/virtud se aplica en términos creativos, no en términos divo/caprichosos.


1-      Elephant Talk… parece que comienza para dejar bien claro que esto es otra encarnación del rey carmesí, no una continuación de lo que había sido. Alphonso Johnson ya usaba un stick en el 76 con la Duke/Cobham band y supongo que con Weather Report, pero no es algo muy común; así que entre la línea de stick que es mítica, el ritmo constante, y la esquizofrenia de las 6+6 cuerdas Roland Jazz-Choruseadas, Adrian Belew convierte la guitarra en un elefante y te lo cuenta.

2-      Frame by Frame… disciplina militar para no perderse tocando e irse con la frase del otro. En la parte no cantada los fraseos se superponen y hacen difícil comprender cuál es el 1 de cada compás para cada músico, lo mejor es dejarse llevar…

3-      Matte Kudesai… a relajarse… una ¿balada? tranquila, dulce, evocadora, con esos arpegios fríppicos y esa guitarra de belew que parece que llora y a la vez vuela. Un tema realmente bonito, y que hasta hace poco me suena que se usaba en algún anuncio… Esta gente toca y cómo toca… si alguno de vosotros es guitarrista y ha tratado de tocar este tema, el arpegio del acorde de guitarra en ‘She waits in the aire… Matte Kudesai’ te acaba por romper la mano jajajaja

4-      Indiscipline… Caña!!! Muy cercano a lo que harían en los 90, y no muy lejano a lo que hacían a veces en los 70. Riff obsesivo y poderoso, intercalado con un monólogo paranoia muy Belew que les sirve para coger fuerza para el desquicie general. De los pocos temas que se libran de ese adiós a la tensión dramática.

5-      Thela Hun Gingeet… no puedo evitar relacionar este tema con ‘I Zimbra’ de los Talking Heads, aunque solamente la sensación inicial. El fraseo de stick es mítico. Belew nos cuenta la historia de un mal trago en las calles de New York. Los solos de guitarra del final son  buenísimos.

6-      The Sheltering Sky… otro momento de relax, quizás demasiado largo para mi gusto, pero está claro que tiene su punto y ha de ser escuchado sin presiones para aprovecharlo.

7-      Discipline… las guitarras a 5 y luego llegan los otros dos que no se sabe si saben como van de indisciplinados. Sin disciplina es imposible. Pasa con muchísimas cosas.

Robert Fripp - guitarra
Adrian Belew - guitarra y voz
Tony Levin - bajo, Chapman stick y voz
Bill Bruford - batería y percusión



Tobor Distor

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