12.10.19

Peter Handke "Carta breve para un largo adiós" 1972

Peter Handke pasó en su día por ser el niño prodigio de la modernidad en su vertiente austríaca, e incluso fue visto por algunos críticos estadounidenses como un modelo de modernidad. La reedición de sus novelas aclarará hasta qué punto era acertada esa percepción o si habría que matizarla y colocar al encartado en el esfuerzo por aprovechar los pasos de Thomas Bernhard o en la voluntad de ser el Klaus Kinsky de la novela centroeuropea. Handke tiene mucho de cinematográfico. Es gran amigo de Win Wenders, por ejemplo.
Y lo mejor de este libro es una conversación con John Ford, hasta el punto de dar la impresión de que alguien le encargó a Handke una entrevista con el director de La diligencia, y el escritor vagabundeó por Estados Unidos hasta que cayó en la cuenta de que el gran hombre del cine residía en California.

'Carta breve para un largo adiós' es la crónica de ese viaje desde un punto de vista rumiante. La crónica o el diario de un viaje absurdo, resuelta o planteado como una novela. El protagonista de esa apariencia de novela no viaja, en realidad, hacia un destino o hacia John Ford. Lo que más obviamente hace es huir de una esposa que le envía postales del revólver con el que piensa saltarle la tapa de los sesos, o remedos de la bomba con la que piensa reventarle la vida.

Todo lo que el libro nos cuenta de ese viajero sin brújula se convierte, voluntaria o involuntariamente, en el catálogo de las razones por las que su esposa debería haberlo fulminado hace tiempo. Ella se habría ahorrado un largo viaje, y el lector, una novela. Aún cuando la novela sea un diario, y el lector, un voyeur, un intruso en la errancia de un pobre vagabundo que reconoce su idiotez, que llora bajo cualquier instancia, y que cuando recala en la cabaña donde vive su hermano –un maderero– sólo alcanza a ver como éste se oculta tras un matorral para bajarse los pantalones y mover copiosamente el vientre. Una visión ante la que el viajero gira sobre sus talones y reanuda su viaje. Luego aparece Ford, diciendo cosas algo inverosímiles.

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