Es imposible pensar en el desarrollo del rock y la música progresiva sin mencionar a King Crimson. La banda, que se encuentra en medio de la gira de celebración de sus 50 años, ha tenido a más de 20 integrantes en su alineación histórica, dentro de los cuales destacan el guitarrista Adrian Belew —quien ha trabajado con artistas como David Bowie, Talking Heads, Jean-Michel Jarre, entre otros—, el baterista Bill Bruford (Yes, Genesis) y Greg Lake, miembro fundador de Emerson, Lake & Palmer.
I bien, los recurrentes cambios en su formación se han manifestado en la evolución de su sonido (nótese la diferencia radical entre su debut In the Court of The Crimson King [1969] y Discipline [1981]), la influencia del guitarrista Robert Fripp es un denominador común en la discografía de la banda.
Tales matices sonoros que dieron vida a trece álbumes de estudio —Fripp es el único que participó en todos— deben su origen a la creatividad del inglés, pero estos no hubiesen podido desarrollarse de la misma manera sin una amplia variedad de elementos que definen su sonido.
Las armas de Fripp
Robert Fripp inició sus estudios musicales a los once años. Su primer instrumento fue una acústica Marvin Frere, en la cual era “prácticamente imposible tocar una nota anterior al quinto traste”, según comentó en una entrevista a Guitar Player. Tres años más tarde adquirió su primera eléctrica, una Hofner President de dos cápsulas que conectaba a un amplificador de seis watts equipado con un parlante de ocho pulgadas.
Inicialmente, el artista desarrolló su técnica de manera intuitiva, para luego contratar un profesor y adentrarse en la guitarra flamenca. En ese momento, ya empezaba a sentir atracción por el rock & roll a través de la música de Scotty Moore, conocido por su trabajos como guitarrista de Elvis Presley y Jerry Lee Lewis.
“Nunca me vi influenciado por Eric Clapton o Jimi Hendrix. No creo que el segundo haya sido un guitarrista, sólo era una persona que tenía algo que decir y lo dijo”, afirmó al mismo medio en mayo de 1974.
Un año antes de que fundara el grupo junto a Peter Sinfield, Greg Lake e Ian McDonald en 1969, Fripp había comprado una Gibson Les Paul fabricada a inicios de esa década. Aquella se convirtió en su instrumento principal en los conciertos de King Crimson, en los cuales también ocupaba dos fenders stratocasters (de 1963 y 1966), una Yamaha acústica y una Gibson J-45.
A lo largo de su carrera, Fripp ha tocado con diversas guitarras en el estudio y el escenario, pero las más distintivas de su colección son las Roland GR que empezó a ocupar en 1981, es decir en la época de Discipline. Estas tienen la particularidad de que permiten alterar parámetros de manera digital —como la resonancia y profundidad de una variedad de efectos integrados— desde el mismo instrumento.
En 1995, la firma japonesa Fernandes construyó un modelo customizado para el músico. La forma de la guitarra en acabado goldtop está basada en una les paul, pero con la principal distinción de que una de sus cápsulas es de carácter MIDI, es decir, le permite ajustar matices de manera similar a una Roland GR. “Las palancas funcionan de manera totalmente flexible, por lo que él puede activar y desactivar todo”, explicó su técnico Trev Wilkins a Music Radar, para después agregar que Robert Fripp muestra cierta preferencia por el instrumento que ha ocupado hasta la actualidad.
La cadena de efectos
El primer pedal en la línea es un Roland US-20 Unit Selector, el cual le permite activar/desactivar, de manera individual o simultánea, un sintetizador de guitarra Roland GR-1 y un controlador MIDI Axon AX100 que actúa en conjunto con los controles de su Fernandes Custom Gold.
A través de la salida del GR-1, Fripp conecta un procesador Axe-FX II XL, el cual puede almacenar más de 500 configuraciones y simular diversos amplificadores. Este es usado para recrear el sonido de un cabezal Hi-Watt conectado a un gabinete de 4×12, combinación a la que le aplica un efecto digital basado en el Maestro FZ-1 Fuzz Tone.
Luego, las salidas del Axe, el Axon y el GR-1 son enlazadas a un Sound Sculpture Switchblade, una unidad de rack que permite seleccionar distintos presets a partir de un reordenamiento completo de la cadena. A partir de este, tres señales estéreo son dirigidas a un Eventide H8000 (que cumple con la grabación de loops) y unos Eventide H3500 y Eclipse (para aplicar efectos específicos). Finalmente, los tres vuelven a ser conectados al Switchblade.
Para maniobrar los efectos de manera más cómoda durante sus conciertos, el inglés utiliza un controlador Rocktron MIDI Raider y un total de seis pedales de expresión. Los primeros tres controlan distintos parámetros del Sound Sculpture Switchblade, mientras que los restantes actúan sobre el Eventide Eclipse y el Axe-FX. Asimismo, todos los integrantes de King Crimson utilizan un mixer individual que les permite ecualizar la mezcla final que escuchan a través de sus audífonos.
King Crimson debutará en Chile los días 12 y 13 de octubre, en el marco de la gira de celebración por sus 50 años, la cual ya los llevó a presentarse en Europa y Estados Unidos.
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