Contra Natura es algo así como la biblia del espíritu decadente del fin de siglo XIX. Y, si damos crédito a lo que dice el propio Huysmans , «todos los fines de siglo se parecen», podemos creer que éste es el momento más adecuado para dar nueva vida, en nuestro idioma, a esta obra maestra de la literatura universal. Guillermo Cabrera Infante , para quien, al parecer, esta novela fue durante años libro de cabecera, escribió un hermoso prólogo , « Al revés de la Naturaleza », para nuestra primera edición publicada en 1980, que nos honramos en reproducir aquí.
Contra Natura (1884) forma, junto A vau-l ́eau (1882) y En rade (1887), un tríptico que colocó a Huysmans entre los autores más conocidos, leídos y polémicos de su época. A través del personaje de Des Esseintes , Huysmans no sólo describió e inmortalizó el torpor, la languidez y las venenosas y perversas neurosis spleenescas del siglo que terminaba, sino que lo encarnó en un héroe kierkegaardiano, grotesco y patético a la vez, que pasó a ser una de las figuras más representativas de la angustia que haya dejado la literatura.
Es, en cierto modo, el precursor de Roquentin, el protagonista de La náusea , de Sartre. La tercera persona a la que recurre el autor para narrar el profundo rechazo y el tedio —que lo corrompe todo— de Des Esseintes, no es más, en realidad, que una máscara que encubre al propio Huysmans . Des Esseintes era simplemente su Mister Hyde, del que sólo podía librarse, para salvarse como escritor, y quizá como hombre, expulsándolo fuera de sí mediante la escritura, y reconociendo así la presencia fantasmal de su doble
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