4.7.05

King Crimson "Islands" (1971)

Por si no había quedado claro tras “Lizard”, King Crimson significaba cambio. Tras el disparatado cambio de sonido que supuso la transición de su segundo a su tercer disco, Fripp y los suyos decidieron rizar el rizo y evolucionar hacia algo muy distinto.Ya la portada nos permite hacernos una idea de lo que intenta transmitir el disco: atmósfera, soledad, melancolía… quizá no es un sentimiento que se conserve a lo largo de todo el disco, pero a rasgos generales, la cohesión portada/música es excelente.
En esta aventura Fripp se rodea del excelente flautista y saxofonista Mel Collins, Ian Wallace a la batería, y al bajo y voz principal, Boz Burrell, que más tarde formaría Bad Company como bajista. El bueno de Boz canta bastante mejor que Gordon . Al margen de la banda principal, también contamos con algunos músicos de acompañamiento, algunos de ellos esenciales, como el excelente pianista Keith Tippet. Y por supuesto, Peter Sinfield, encargado de las letras y el art-work del disco, como en anteriores trabajos. 

1.-Formentera lady. (Fripp, Sinfield). 5’20
2.-Sailors tale. (Fripp) 12’29
3.-The letters.(Fripp, Sinfield) 4’32
4.-Ladies of the road. (Fripp, Sinfield) 5’32
5.-Prelude: Songs of the gulls.(Fripp) 4’15
6.-Islands. (Fripp, Sinfield) 9’16


1- Formentera Lady: 
Por si no había quedado claro el título del disco, que mejor que dedicar el primer tema a una isla Balear. Tenemos una especie de balada avant-garde que se inicia con unos enigmáticos (y muy acertados) rasgueos de contrabajo, al que se van uniendo piano y flauta, para entrar Boz cantando una melodía bellísima, pero bastante difusa en las estrofas. No es hasta el estribillo que la batería entra haciendo que la canción tome un ritmo totalmente definido para después desvanecerse de nuevo en una etérea nube instrumental. Los últimos minutos de la canción desembocan en una suerte de alocada jam con guitarras acústicas, saxofones y voces de soprano entre otras. Una obra maestra. 

2-  Sailor’s tale: 
Si la anterior canción ponía las cosas difíciles al oyente, esta más aún, siendo una jam de fuerte influencia jazz. A destacar los fantásticos tonos de guitarra que consigue sacar Fripp y la increíble atmósfera que da el mellotrón en la segunda mitad del disco. Una jam magistral cargada de detalles, que constituye la canción más difícil de escuchar del disco. 

3-  The letters
Aquí ya nos acercamos a lo que podría ser una canción más normal. Esta trágica historia de amor empieza como balada y aunque también contiene una jam intermedia, es bastante más asimilable que lo anteriormente visto. Al final retoma la misma melodía, con mucha más intensidad y la voz de Boz en su mejor momento.

4-  Ladies of the road: 
Abrimos la segunda mitad con la segunda mejor canción del disco. Es un numero de blues rock siniestro, abrasivo, que en el estribillo se transforma en un pop de estilo Beatle. Las partes más blues son tremendas: la música suena muy sensual, caliente, cargada de pasión. Por momentos nos olvidamos de lo que es King Crimson y nos sumergimos en un número rockero de primer nivel. Mientras tanto, Boz describe todo tipo de conquistas amorosas misóginas capaces de poner en ridículo a los mismísmos Rolling Stones. El estribillo es otra cosa: es uno de los momentos más bellos de la historia del Rey, con unas armonías vocales preciosas. 

5-  Prelude: song of the gulls: 

Ahora bien, los temazos no cesan, y es que esta segunda mitad del disco es prácticamente perfecta. Pasamos de uno de las canciones más viciosas de la historia del rock and roll a una pieza de música clásica. Una pieza instrumental de 4 minutos interpretada por un cuarteto de cuerda con una melodía preciosa. Parece increíble asimilar la versatilidad de este grupo, no solo de disco a disco, sino en el propio disco. 

6-  Islands: 
 Una balada inmensa, larga, y muy relajante, con de nuevo toques jazz, deliciosas líneas de piano y un Boz al servicio de una de las melodías más bellas y cautivadoras escritas jamás por mortal alguno. Durante sus 9 minutos de duración el oyente se ve sumergido en un sueño, un maravilloso sueño envuelto en la belleza más pura que puede encontrar un ser humano en la música. 

Robert Fripp: Guitarra, mellotrón, armonio.
Boz Burrel: Bajo y voz
Mel Collins: Saxo, flauta, flauta baja, voz. 
Ian Wallace: Batería, percusión, voz.
Peter Sinfield: Textos.

Músicos Invitados: 

Keith Tippett: Piano. 
Paulina Lucas: Voz soprano
Robin Miller: Oboe.
Mark Charig: Corneta
Harry Miller: Contrabajo


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