18.12.18

Enrique Vila-Matas "Kassel no invita a la lógica" 2014 Autobiografía literaria

Como esta novela se inicia con la invitación a cenar de los misteriosos McGuffin (un matrimonio irlandés), creo tener derecho a preguntarme cuál es el mcguffin de mi historia. Y bien, la respuesta es: mi mcguffin es algo “totalmente sagrado”, algo esencial para mí; algo quizás un poco olvidado y percibido en mitad de la noche o del día, en el momento menos pensado.
El otro día, Marcos Ordoñez recordaba que Gil de Biedma  definió certeramente lo sagrado como “aquello que nos devuelve una imagen completa y perdida de nosotros mismos”. En mi caso, la invitación de los McGuffin a que participara como artista invitado en la Documenta de Kassel –centro mundial cada cinco años del arte contemporáneo más innovador– me devolvió a los días en que intentar “ser vanguardista” se convirtió en el eje sublime de mi vida.

   Ese intento, ese afán –prefiero llamarlo afán por utilizar una palabra que me gusta y que he encontrado en la traducción de unos versos de W. B. Yeats– ha estado en mí desde aquellos veranos de mi extrema juventud en Cadaqués y sigue estándolo; de hecho, creo que es mi centro, la esencia misma de mi forma de estar en el mundo, mi sello, mi marca de agua: hablo de ese desvelo continuo por buscar lo nuevo, o por creer que quizás pueda existir lo nuevo, o por encontrar eso nuevo que siempre estuvo ahí.

   El afán es la voz que habla por mí cuando me preguntan por el mundo y yo de inmediato pienso en la respuesta que dio el tabernero judío Salomón Piniowsky (hombre sencillo y de inteligencia natural) al Conde Morstin, que le preguntó cómo veía el mundo.

   –Señor, ya no pienso nada de nada. El mundo se ha ido a pique –respondió el tabernero.
   Mi caso es casi el mismo del tabernero.  El mundo se ha hundido. Pero queda el arte.
   –¿Por qué sólo el arte? –preguntará alguien.
   –Porque el arte intensifica el sentimiento de estar vivo.
  En cierto sentido, Kassel no invita a la lógica investiga el estado real de mis relaciones con el vanguardismo, por qué me fascinó tanto y si sigue atrayéndome como entonces. Y también investiga acerca de la idea de innovación misma. ¿Ha de necesariamente innovar el vanguardismo?
   Y una pregunta última. Aparte de ser lo más sagrado que hay en mí, ¿podría alguien decirme qué es el vanguardismo?

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