Hay ocasiones en las que el prólogo no solo es el punto de partida para recorrer una novela, sino que una vez acabada esta vuelves a él pues sabes que dará más luz a lo ya leído. Eso es lo que ocurre en Vida privada, de la autora china Chen Ran (Pekín, 1962), pues finalizado el libro entiendes mejor cuanto quiere decir Jesús Ferrero en el prólogo, ya sea sobre la tradición desbordante, el surrealismo, el existencialismo, el más allá de los géneros o la escritura de riqueza avasalladora.
Vida privada es una novela tan personal como extraña y deslumbrante y atañe a la subjetiva visión de su autora, pero en el cobijo de su propia identidad hay un trasunto universal de cómo se conforma y transforma una sociedad, o parte de ella, en esa etapa que ocupa desde el inicio de la Revolución Cultural hasta los sucesos de la plaza de Tiananmen, periodo que recorre la niñez y la juventud de Niuniu, la protagonista.
En la novela hay una rutina de abismo y un deslumbrante descaro, vividos con una naturalidad inquietante. Cada entrada, cada capítulo, con títulos bellísimos, supone ahondar en un mundo nuevo, en instantes de experiencia familiar, sexual, existencial que convierten la escritura en algo tangible. Ahí están estos gritos trágicos e inesperados de la madre, que Niuniu reconoce que no podrá olvidar jamás. O el desasosiego en el ceremonial de sus impuestos encuentros sexuales con el señor T. Y está la sensibilidad esencial y exquisita de su propia naturaleza con la viuda He. Como increíble es el incendio que se observa. Y es escritura: toses, humo, calor.
Pero hay más en este libro que la propia novela y el excelente prólogo, se trata de esos cuentos breves que son las notas a la edición y que mostrando y aclarando significados contienen en sí mismas relatos que amplían la novela y que no distraen de ella, sino que la expanden, y esa exhaustiva explicación no arredra ni incomoda. Es como un libro abriéndose a tantos otros y con ellos las ganas de saber y el placer de leer y aprender. La compleja Vida privada de Chen Ran se considera “obra fundacional de lo que se ha denominado la nueva corriente de escritura femenina”.
Una mujer recorre su adolescencia y juventud como el tiempo de cimentación de una identidad inestable, pero lúcida. Ni Niuniu hace frente a los hombres que marcan su vida: el arrogante padre, el profesor que la abusa, el psiquiatra que la ordena y el amante que la abandona. Al otro lado, su abuela, su madre y la viuda He, un espíritu elegante de otra época a cuya invocación entrega su deseo y su necesidad de afecto.
Nada en su vida camina en una sola dirección, sino que encalla en la frontera de las realidades: la de lo singular o lo plural, la de lo privado y lo público. Siempre la armonía de contrarios imbricados en símbolos que recorren la novela: el crepúsculo, el color gris, pero también el espejo como prueba de dualidad o la persistente lluvia como mensajera del cielo y la tierra. Lo uno, siempre, también, lo otro, pues el drama encierra su comedia y el sueño su realidad.
También la propia China se abre paso en esta novela desde el sentimiento de lo comunitario a la individualidad feroz y desde la oscuridad de su Revolución Cultural, al incendio de los sucesos de la plaza de Tian’anmen. Vida privada es la novela que revolucionó el feminismo y el panorama literario de los noventa en China y es el eje de una tendencia denominada «Nueva corriente de escritura femenina». Desde entonces ha suscitado una atención internacional sin precedentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario